Ferias libres y accesibilidad: una alternativa al alcance del bolsillo SociedadPor Amanda Jara König - 12 abril, 2024 En «retail», un pantalón de mujer tiene un precio de alrededor de $25 000. En cambio, en ferias libres de la ciudad, se pueden encontrar pantalones que bordean los $3 000. La industria de la moda siempre ha estado en el centro de la atención del público. En la actualidad, vestirse es una necesidad. Gracias a la publicidad y tiendas virtuales, se ha desarrollado una alta demanda de prendas textiles. Sin embargo, los precios han irrumpido en la accesibilidad para costearse un vestuario. Shein y AliExpress son tiendas conocidas por ser partícipes de la industria del fast fashion. Generan una producción masiva de ropa de forma sumamente rápida en respuesta a las temporadas y tendencias que cambian demasiado rápido. Al poseer un alcance mayor hacia las personas y precios accesibles, se ha fomentado un consumo impulsivo y menos consciente. Diferentes alternativas al bolsillo de jóvenes En lo local, existen varias tiendas de ropa americana en Concepción que contrarrestan el consumo de fast fashion. Ofertas y prendas en temporada poseen los locales de segunda mano, llamando la atención de miles de seguidores de moda más amigable con el medio ambiente. La feria libre de la calle Diagonal Pedro Aguirre Cerda se destaca por estar activa de lunes a sábado. Foto de autoría propia. Una de las alternativas que ha llamado la atención, no solo por las redes sociales, sino por el bajo costo que poseen las prendas, son las ferias libres. En Concepción, específicamente en la calle Diagonal Pedro Aguirre Cerda, se observa un largo trayecto de venta de jeans, poleras, sudaderas, gorros, accesorios, entre otros. Originando un lugar accesible para el bolsillo de jóvenes universitarios que no pueden costearse una prenda de mayor valor en tiendas de retail. Asimismo, Cristian Neira, vendedor de pantalones de cotelé del sector señala: “Hay que ser realistas con los niños, porque el dinero se lo otorgan los papás y uno no le va a pedir 20 lucas por un pantalón”. Los estudiantes son el mayor incentivo e ingresos que obtienen los vendedores. Puesto que la calle Diagonal es un importante punto de conexión en el Gran Concepción. Conecta el centro de la ciudad, pasando por el mall, hacia la Plaza Perú y finalmente a la Universidad de Concepción. De esta manera, la mayoría de los comerciantes vieron este lugar como un sitio estratégico de ventas. Así lo describe José San Juan, vendedor que lleva ocho años trabajando en el área: “Es un barrio bohemio, hay hartos pubs, por lo que siempre hay mucha gente, en especial universitarios. Es nuestro público, vienen hasta de otras universidades a comprar”. Quien también señala lo mismo es David Acuña, joven de 29 años que vende prendas que ya no utiliza, “es un sector casi cultural, andan muchas personas alternativas, la ropita que uno usa se puede vender de forma más fácil a un precio no tan elevado como en las tiendas, por lo que se vende mejor”. Búsqueda de lo original Los comerciantes se dedican a vender en la calle Diagonal Pedro Aguirre Cerda y en ferias libres alrededor de la ciudad. Foto de autoría propia. En la extensa calle, se aprecian variados estilos, colores, texturas y diseños. No existe un patrón o una sola vestimenta que se repita, “de hecho, yo misma compro aquí, porque hay ropa muy bonita que no encuentras en las tiendas, en los locales es todo igual, todo lo mismo. En cambio, en este lugar hay cosas más vintage, del estilo de uno y originales”, comenta Anaís Torres, joven de 22 años, quien en sus tiempos libres se dedica a vender vestuario de segunda mano. Otras iniciativas que se aprecian en las prendas, es que algunas se encuentran intervenidas. Es decir, los vendedores les realizan ajustes y cambios para que se encuentren en mejor estado, les otorgan más originalidad y mayor posibilidad de venta. Así lo describió San Juan: “Lo que vendemos nosotros no está en el retail. Aquí hacemos una intervención de ropa, refaccionamos, aparte de intervenirla, la dejamos como nueva. Ese es nuestro trabajo, lo que hacemos diario, lavar, planchar, restaurar en términos generales. Yo igual compro fardos americanos, pero de buena calidad. Trabajamos puro algodón, en realidad es mucho mejor que la ropa china que venden en las tiendas”. Nuevo valor textil Dentro de esta búsqueda de originalidad, los jóvenes les otorgan una segunda vida y utilidad a prendas que probablemente iban a terminar en la basura o en vertederos textiles. De igual manera, ayudan a comerciantes locales a vender sus productos. En la actualidad, gracias al Internet y a las redes sociales, las tiendas de fast fashion venden grandes cantidades de ropa y estas mismas terminan desechadas. Las ferias libres son una gran alternativa económica y a la vez un buen comienzo para generar conciencia sobre la industria textil en el medio ambiente. Lee también: Biomateriales textiles: combatiendo la contaminación de la industria