Violencia en el pololeo: el valor de identificar las señales de alerta SociedadPor Amanda Jara König - 6 mayo, 2024 Según cifras de la «Décima Encuesta Nacional de Juventudes» del Instituto Nacional de la Juventud llevada a cabo en 2022, cerca del 18 % de los jóvenes han sido víctimas de algún tipo de violencia en sus relaciones amorosas. Asimismo, existe un aumento de las situaciones violentas en las parejas juveniles, llegando a sus niveles más altos en una década. El siete de febrero se conmemora el Día Nacional Contra la Violencia en el Pololeo tras la aprobación del proyecto de ley por parte del Senado en 2021. Una fecha significativa para reflexionar que las agresiones físicas, psicológicas y verbales no son demostraciones de amor. Las conductas violentas no son sencillas de sobrellevar, la mayoría de las víctimas temen hablar sobre sus vivencias, por lo que prefieren mantener en secreto los episodios violentos que viven dentro de su relación. Sin embargo, el silencio puede escalar tan alto que la persona perjudicada pone en riesgo su vida. Es fundamental otorgar la información necesaria para que las personas que se encuentran en una relación amorosa o tienen cercanos que poseen vínculos sentimentales, estén conscientes de las señales violentas que puede presentar su pareja. La falta de empatía, el desprecio a la autonomía, aislar a la víctima de amigos y familia, amenazas verbales y físicas, además de los celos extremos, son las conductas más recurrentes en pololeos tóxicos. Indicios de alarma en el noviazgo La persona manipuladora busca dominar a la pareja, haciéndole creer que es egoísta y que siempre tiene la culpa con amenazas directas e indirectas. Foto de Yanalya en Freepik. Estar en una relación abusiva no es fácil de identificar, normalmente se cree que las agresiones físicas son las únicas que se presentan en el noviazgo, pues son las más visibles desde el exterior, las personas pueden observar las consecuencias de los actos del individuo violento. Sin embargo, se manifiestan maltratos que se normalizan constantemente entre las parejas, “encontramos de forma psicológica, el control, los celos y la manipulación emocional; en lo económico, donde el agresor quiere controlar las finanzas de la víctima e incluso en el ámbito sexual, sobre este último, muchos creen que no existen los acosos de esta índole. Si algún miembro del vínculo amoroso no tiene ganas de tener intimidad física, esto se debe de respetar. Toda práctica no consentida constituye a un acto de violencia”, relata Manuela Muñoz, presidenta de la Organización de Matroneria Comunitaria, conocida por sus siglas OMAC. La violencia psicológica y verbal son igual de graves que las físicas, puesto que la víctima se siente responsable de los conflictos que se desarrollan dentro de la unión. Paloma Saldivia, psicóloga infantojuvenil, señala: “La poca validación de los sentimientos de la pareja genera una manipulación emocional para que la persona que esté ejerciendo esta agresión pueda tener el poder y mantener así el control. Negar la forma de expresión del otro va a atacar profundamente en el lado íntimo del abusado, desarrollando inseguridades y problemas de baja autoestima”. Las relaciones violentas afectan más de lo que se cree El concepto arraigado de amor romántico distorsiona lo que es una relación amorosa realista y sana. Foto de Vitaly Gariev en Unsplash. La adolescencia es la etapa en donde se entablan vínculos amorosos con mayor profundidad, por lo que es fundamental informar sobre lo que es correcto e incorrecto en una pareja. Las actitudes, palabras y pequeños gestos son los que hay que observar con cuidado y detención para identificar si se está en una relación abusiva. Así lo describe Millaray Donoso, encargada de relaciones públicas de OMAC: “Cuando damos charlas a colegios o instituciones, usamos el violentómetro para dar evidencia que la violencia en el pololeo comienza muy discretamente, desde revisar el teléfono (amarillo), manipular (naranjo) y abusar (rojo). De esta manera graficamos los niveles de gravedad que pueden ir escalando, puesto que puede iniciar cautelosamente hasta llegar a acciones concretas que ponen en riesgo a la víctima”. Gracias a las experiencias que se viven durante la juventud, los jóvenes sufren cambios emocionales, mentales y sociales que influyen en la formación de sus personalidades. Por consiguiente, estar en una relación tóxica a temprana edad puede tener un impacto significativo en el desarrollo personal y emocional. “Una de las consecuencias más terribles que hay es la pérdida de confianza en uno mismo, se deteriora la autoestima y no solamente se genera en ti, sino que también en los demás. Esto provoca una dificultad para establecer relaciones íntimas y satisfactorias en el futuro. Además de afectar la experiencia de vivir una vida plena y amena”, describe la psicóloga. No estás solo «Muchas veces no nos percatamos que estamos siendo manipulados por alguien que supuestamente nos ama, pero eso no es culpa de la víctima, cuando nos encontramos frente a esta situación solo hay un culpable. El amor no es dolor, no es sufrimiento, nos definimos como personas valiosas por quienes somos, no por con quién estamos”, añade Manuela. Cualquier hombre o mujer puede caer en una relación abusiva, lo primordial es identificar las señales a tiempo y terminar el noviazgo lo antes posible. Es importante pedir ayuda, tanto a cercanos como profesionales, pues la violencia en el pololeo puede aumentar hasta el punto de ser letal. Por consiguiente, las redes de apoyo son fundamentales para contener a la víctima, otorgar seguridad y darles a entender que no están solos. También te puede interesar: ¿Mamá, qué me tomo para el resfriado?: el desafío de aprender a ser adulto