Enfrentar los desafíos universitarios según estudiantes de la Udec

Tanto egresados como un estudiante de la Universidad de Concepción cuentan las dificultades enfrentadas en el ámbito académico, en el que influyen aspectos personales, contextuales, hábitos, etc.

Pasar todos los ramos, esa era la convicción que tenía Jorge Bucherp Vargas cuando entró a Bioquímica en la Universidad de Concepción. Confiaba en que lo iba a lograr, después de todo en el colegio tenía buenas notas, sin embargo, dicha confianza terminó siendo un arma de doble filo que algunas veces le hizo adoptar una postura relajada que no le permitía rendir como el esperaba hacerlo.

Las notas rojas iban apareciendo, sus expectativas quebrantándose, su seguridad disminuyendo, y peligrando un ramo, su primer gran desafío y decepción. Era el último certamen de un ramo de matemáticas que tuvo durante su primer semestre como mechón, Jorge solo necesitaba un 3,3 para pasar la asignatura. “No me calentaré la cabeza, responderé lo justo y necesario”, fue exactamente la postura que adoptó el estudiante, “después de todo en el colegio me iba bien en matemáticas”. Cometiendo nuevamente el error de reposar en un pensamiento confianzudo, pues terminó obteniendo una nota 3.

Solo le quedaba una opción, su última esperanza, aprobar el examen de repetición. Aunque este sabía que para lograrlo debía organizarse mejor, “tuve que dejar de lado varias cosas que me gustaban, como el deporte, la salida de los viernes o durante la semana. Afortunadamente me fue bien en el repete. Luego me sostuve mejor, fui retomando las buenas notas, y así pude recuperar el tiempo para hacer esas actividades de las que me había apartado temporalmente. Aunque la solución más determinante fue empezar a descansar bien, de esa forma empezaba el día de buena manera preparado para rendir óptimamente. Estudiar 15 o 20 minutos descansado es mucho más eficiente que hacerlo tres o cuatro horas con sueño”, dijo el estudiante.

Cuarto año

Era el 2019, que fue particularmente desafiante debido a un paro de dos meses en que luego se asomaba el estallido social. Esto lo llevó a tener ansiedad y episodios depresivos, algo que también notó en su entorno con sus compañeros de curso. Al respecto, expresó que “fue un período angustiante, en ese entonces no había recesos universitarios, sino que era todo de corrido. Por lo que yo quería que quedara la ´embarrada ‘con el estallido para ponerme al día con ciertas materias”.

Se cumplieron las circunstancias esperadas, pero la llegada de la pandemia tomó desprevenido a Jorge en quinto año, generando muchas dudas sobre su futuro. El joven Bucherp declaró que “los principales laboratorios u hospitales donde reciben estudiantes adoptaron la postura de no aceptarlos durante el contexto del COVID”.  La incertidumbre y la intranquilidad gobernaron su mente durante algún tiempo, pues se trataba de un año fundamental para abordar la práctica profesional y sentar las bases de las primeras experiencias laborales que generan los cimientos curriculares esenciales para ser contratado en un futuro.

Hasta que un día le llegó un correo en el que un laboratorio privado se interesó en que Jorge hiciera el internado de manera presencial debido a sus buenas notas. “Dentro de ese mismo internado me ofrecieron trabajo altiro. Posteriormente trabajé siete meses. Luego pude egresar en 2022 de la carrera, y a principios de este año de el Magíster en Bioquímica Clínica e Inmunología”, contó Jorge.

Consejos y recomendaciones

El ex estudiante de Bioquímica indicó que lo más importante fue que “aprendí a conocerme a mí mismo, entender en que horarios rindo mejor para que las horas de estudio sean provechosas, entendí que funciono mejor en las mañanas”. Para ello fue de gran ayuda la decisión de tomar una terapia psicológica,” ahí también trabajé la autoestima y la confianza en mi mismo. Cuando me dieron de alta después de un proceso de dos años había logrado convertirme en alguien organizado que aprendió a equilibrar las cosas que me gustan hacer de las que debía”.

María José Castro, quién está preparando el examen de grado tras haber egresado de Derecho en la Udec igualmente recomienda recurrir a terapia, señaló que “durante un período tuve muchas dificultades para concentrarme, por lo que fui al neurólogo quién me detectó Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad. El tratamiento hizo que pudiera afrontar mucho más fácil la carga académica. Muchas veces las personas no nos damos cuenta de que podemos tener algún déficit o condición”.

La exestudiante también recomendó “una buena organización del día en el que igualmente se consideren los momentos de óseo, que yo creo que son necesarios. Segundo, ponerse metas pequeñas que se vayan cumpliendo constantemente, así evitas sobrecargarte. Tercero, tener un grupo de amigos o amigas que tengan un ritmo de estudio similar. Cuarto, si sientes alguna dificultad cognitiva o personal recurrir a un psicólogo o psicóloga, hay que encontrar la forma de ser feliz disfrutando el proceso como universitario, por más duro que sea”.

 A veces es necesario tener ciertas caídas para aprender de la situación y hacer un giro de tuerca. Ignacio Elgueta, estudiante de quinto año de auditoría en la Universidad de Concepción, reprobó dos ramos en tercer año en un período de sobrecarga académica en que se juntaron ocho certámenes en 14 días. Pero como aspecto positivo, el estudiante indicó que “fue un episodio necesario para mejorar en todo ámbito de mi vida, no solo académico. En este sentido me ayudó a no dejar todo para último momento haciendo las cosas con tiempo, de esta forma ya no se me junta todo”.

Finalmente, indicó que lo que mas le ha servido para no volver a caer en esa situación radican en aspectos extrauniversitarios. “Hacer deporte es mi principal aliviador de estrés y ansiedad. Juntarme con amigos. Fumar marihuana me hacía concentrarme mejor, aunque no es algo que recomiende a todo el mundo”.

Top