Desafío repoblemos Chile: menos nacimientos, más mascotas y una población envejecida

La caída en la tasa de natalidad más drástica en una década refleja una transformación social en el país. Redefine el concepto de familia y llena de retos demográficos, económicos y políticos al jaguar de América Latina.

Una publicación de El País reveló que, en el 2023, Chile registró la tasa de natalidad más baja en una década, con 173 920 nacimientos. La pirámide invertida de la redacción cada vez se parece más a la demografía del país. Deja en evidencia una población envejecida y cumple el sueño del pibe: estamos a unos cuantos partos y cesáreas menos de convertirnos en un país europeo.

¿Qué dicen las cifras? El Instituto Nacional de Estadísticas de Chile (INE), realiza periódicamente boletines preliminares que reflejan la realidad del país en términos demográficos. Son precisamente estos datos y su recolección, los que ayudan al Gobierno y sus representaciones regionales a elaborar políticas públicas enfocadas en el Chile de hoy.

Imagen recopilada de Conadecus con información del INE y Ministerio de Desarrollo Social. Según el INE, para 2050 se proyecta un aumento significativo en la cantidad de personas categorizadas como tercera edad en Chile.

Este 2024, se llevó a cabo el Censo de Población y Vivienda entre los meses de marzo y junio. Los nacimientos no mienten y los expertos apuntan a una clara predicción de sus resultados: Chile posee una importante proporción de personas mayores (o en vías de) y las acciones estatales deberán ir orientadas hacia ese grupo etario.

Así lo afirma el sociólogo Gerson Araneda. Sostiene que “es un desafío mayúsculo para la política pública. En pensiones, salud, incluso en educación. Habrá baja de matrículas, hecho que ya ocurre en sectores rurales, donde deben cerrar escuelas por falta de estudiantes y que evolucionará hasta el sector urbano”.

El fenómeno social del doggy style

Un hecho que refleja la autonomía en la toma de decisiones parentales de los jóvenes son los animales domésticos. Según una encuesta Cadem realizada el 2022, “ocho de cada diez chilenos tiene al menos una mascota”. Los doglovers se transformaron en padres de pequeños de cuatro patas, quienes son criados como un miembro más de la familia. En algunos casos, supliendo las necesidades emocionales de una generación que prioriza la profesionalización antes que la paternidad.

Fotografía cedida por Karen Leal. Chloe (izquierda) y Candy (derecha) acompañan a Leal en sus vacaciones y actividades diarias.

Karen Leal es muy consciente de este fenómeno. Es ingeniera civil y tiene dos perras: Chloe de 6 años y Candy de 11. Viven juntas en su departamento en Concepción. Al preguntar a Leal si considera a sus mascotas parte de la familia, afirmó que las poodles son “sus hijas, ya que ellas necesitan de cuidados y tienen necesidades que no son capaces de cubrir por sí solas”.

Sin embargo, no niega la posibilidad de tener hijos. Explica que la reducción en la tasa de natalidad, a su juicio, se debe precisamente a una “realización profesional de cada individuo, principalmente en las mujeres. La decisión de ser padres no es fácil y el no tener hijos es súper valiente. Aún hay muchas críticas de la sociedad al respecto. Se prefiere tener mascotas, ya que, de alguna forma, cubren el sentimiento de amor”.

Por su parte, Ignacio Sanhueza es claro en indicar que pensar en un animal doméstico como un reemplazo de un niño es “ridiculizar las verdaderas razones por las que la gente toma esta decisión”. Es ingeniero civil industrial y le dedica a su gato Kuro aproximadamente 50 mil pesos mensuales. No descarta tener descendencia en el futuro. Pero cuenta que le parece “terrible la idea de querer tenerlos solo por el motivo de ‘cuidar’ un ser vivo. Tener hijos debe ser una consecuencia de la seguridad y estabilidad emocional de una pareja”.

“En ese sentido, una mascota solamente satisface la necesidad de ‘criar’. No es un hijo y no debería serlo”, puntualizó Sanhueza.

Economía: las prioridades del adulto joven de hoy

Montserrat Varela, reconoce de igual forma un cambio en la concepción de la maternidad desde el ámbito laboral. Es abogada y afirma que, con cada día que pasa, las repercusiones económicas hacen de la paternidad algo menos atractivo: “La familia como una cuestión sagrada ya no está en el ideario popular. Tener hijos es caro y eso de por sí desmotiva a varios. Mayor educación implica más conocimiento sobre los impactos de una ‘guagua’ en la economía familiar”.

Los especialistas apuntan a una falta de apoyo estatal, pero Varela no coincide. Incluso, escala más allá y destaca que un factor relevante en la reducción de la tasa de natalidad es el cambio climático: “Hay certeza de que el mundo se va a acabar. No hay necesidad de traer más gente al mundo”.

Crédito: Esteban Paredes Drake, DirCom UdeC. Andrés Ulloa, académico de la UCSC, dijo a Diario Concepción que existe una importante relación entre la natalidad y el aumento de la edad de jubilación de la población chilena. Extendiendo así, la cantidad de años de distribución de una pensión.

«La familia como una cuestión sagrada ya no está en el ideario popular».

Montserrat Varela, abogada.

La baja en los nacimientos en Chile es un fenómeno multifactorial que refleja la profundidad de los cambios en la sociedad. Los altos costos de la vida y la necesidad de concretar metas laborales juegan un papel fundamental en la decisión de posponer o renunciar a tener hijos. Solo queda estar a la expectativa de las medidas que tomará el Estado ante una población envejecida.

Cuando el presidente de la época abra la invitación a los jóvenes del mundo a pedir una visa permanente para residir en un país tercermundista latinoamericano, los “viejitos” nos regocijaremos a la hora del té comiendo pasas para la memoria, acompañados de un perro tan canoso como nosotros, sintiendo el calor de la estufa.

Sofía Meier Améstica
Estudiante de Periodismo UdeC. Periodista de Diario La Tribuna. Colaboradora Fundación Salvemos el Mundo Hoy. Mamá-gato, hermana, hija, novia. Hablante de alemán, inglés y español.
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