La generación de la ansiedad

Ansiedad en jóvenes

En la actualidad, los jóvenes son quienes más sufren de problemas relacionados con la salud mental, afectando en la manera de sobrellevar sus actividades cotidianas. Esto ha tomado relevancia a lo largo de los años, realizándose diversos estudios al respecto.

Aquellos que sufren de trastornos de ansiedad suelen experimentar miedo y preocupación intensamente. No solamente se padece a nivel psicológico, sino que también va acompañada de malestares físicos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en el año 2019, 301 000 millones de individuos en el mundo tenían este trastorno, convirtiéndose en los más comunes de los problemas de salud mental. 

Por otro lado, la ansiedad causa graves consecuencias para la vida cotidiana de las personas que la sufren, teniendo implicancia en los pasatiempos o actividades favoritas. Asimismo, logra afectar la estabilidad y comunicación en las relaciones personales con sus familias y amistades. 

La generación Z son las personas nacidas a mediados de los noventa y la primera década de los 2000. En la actualidad, estos jóvenes tienen entre 13 a 28 años de edad. Es a este grupo generacional al que muchos estudios consideran que son los que más padecen de enfermedades de salud mental. 

Según un estudio denominado Los auténticos nativos digitales del Instituto de la Juventud España, publicado en la Revista de Estudios de Juventud, señala que la generación Z se caracteriza por nacer en una era digitalizada, lo cual interviene en su comportamiento y forma de comunicarse.

Una generación marcada por la ansiedad

La salud mental ha sido un tema relevante a estudiar para el área de la psicología, poniendo principal énfasis en las nuevas generaciones, como sucede con la generación Z. 

En el transcurso de las décadas, ocurrió un descenso en cuanto a la percepción de los jóvenes con respecto a su bienestar personal. De acuerdo con un estudio de Gallup y Walton Family Foundation, un 15 % de las personas pertenecientes a la generación Z considera que su salud mental es excelente. 

Ignacio Henríquez, estudiante universitario de 23 años, relata que a pesar de no tener un diagnóstico médico que indique que sufre de ansiedad, él percibe que posee ciertas características propias de este trastorno. “La verdad sí siento que lo he experimentado, no está diagnosticado; sin embargo, sí me noto ansioso, ya sea por cuestiones pequeñas, por cosas muy grandes o responsabilidades. Yo diría que desde la adolescencia, pero se incrementó mucho más al entrar a la universidad”, señaló. 

Según sus palabras, unos de los principales detonantes de este sentimiento ansioso son situaciones tales como entregas de evaluaciones o rendiciones de pruebas. El estudiante hace énfasis en aquellas ocasiones que le resultan altamente incómodas. “Tener responsabilidades grandes, deadlines, trabajos que entregar, certámenes donde la materia es muy complicada, miedo al fracaso o a fallar. Quizás los momentos incómodos también son responsables de elevar mi grado de ansiedad”, dijo.

La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud. Puede hacer que sude, se sienta inquieto y tenso, y tener palpitaciones.
Foto de La Vanguardia.

A esto se le suma lo dicho por la estudiante Victoria Peldoza, de 22 años, quien expresa que lleva sintiendo ansiedad desde que tenía la temprana edad de diez. Ella comparte que las principales razones por las cuales se puede llegar a sentir ansiosa son factores ambientales o exigencias propias. “Desde multitudes grandes hasta ruido sin ningún tipo de control. Incluso el no ser capaz de cumplir mis expectativas personales. Todo eso en los peores momentos hace que me falte el aire”, agregó. 

La psicóloga Sofía Delgado León indica que la ansiedad tiende a relacionarse con factores sobre cómo fueron las experiencias de regulación emocional en la primera infancia y adolescencia de cada persona. Asimismo, se vincula con los recursos regulatorios afectivos que pudo “recopilar” la memoria afectiva para enfrentarse a situaciones que generasen estrés. Por otro lado, considera que los detonantes de este trastorno dependen de la historia personal de los jóvenes que la sufren. Sin embargo, en general, estos suelen estar ligados a los niveles de sobrecarga percibidos por el individuo en los diferentes roles que ocupa en su cotidianidad. “Esto ocurre específicamente en la mujer con respecto a la naturalización del rol de cuidadora, la percepción de no valoración en los espacios laborales, vivencias fisiológicas en torno a sus ciclos menstruales, entre otros”.

La profesional comenta que, para poder enfrentar la ansiedad, es relevante tener una base segura a la cual acudir al momento en que se manifieste este trastorno. “Al establecer redes de apoyo formales, informales y herramientas autorregulatorias, permitirá identificar hacia dónde se puede recurrir cuando la experiencia de esta emoción emerja”, agrega.

Ser un estudiante de la generación Z

El estreno de la película Intensamente 2 presenta al nuevo personaje denominado como «Ansiedad».
Foto de Mark Nielsen.

Las personas que son consideradas como parte de este grupo demográfico se encuentran en pleno período de adolescencia y adultez, por lo cual, la mayoría de ellos están en el proceso de asistir a la escuela o la universidad. Además, deben trabajar o tomar decisiones sobre su futuro.

Actualmente, los jóvenes correspondientes a la generación Z son más propensos a sufrir de depresión, ansiedad y estrés. A esto, se le suman factores externos como la carga académica en la universidad. 

Según una investigación titulada Salud mental en estudiantes de educación superior en Chile de Pablo Martínez, publicada en Revista Terapia Psicológica, la prevalencia de trastornos mentales en universitarios es de un 27,4 % combinado con síntomas depresivos y un 20,2 % con sintomatología ansiosa. 

La estudiante de cuarto año de Psicología de la Universidad Católica de Temuco, Ángeles Loaiza Santander, considera que la ansiedad se ha convertido en una emoción más para el ser humano, la cual puede transformarse en un dilema cuando esta toma el control. Además, indica que cursar una carrera universitaria de por sí es un factor de riesgo, capaz de generar síntomas ansiosos. Ser un alumno de la educación superior, implica hacerse cargo de responsabilidades constantemente como estudiar, trabajar, hacer quehaceres del hogar, pagar cuentas y asistir a clases. Es una realidad de los jóvenes que estudian, donde deben de realizar todas estas actividades al mismo tiempo, los cuales causan ciclos de estrés y preocupación.

Por otro lado, la estudiante señala: “Pienso que deben existir instancias en donde los alumnos puedan conocer lo que les pasa y lo que necesitan, para poder reducir paulatinamente los niveles de ansiedad que puede generar ser universitario”. Además, la joven estima que los docentes inciden en esta sintomatología y que las carreras del área de la salud deberían de contemplar actividades que prioricen su bienestar.

Una nueva generación tras la pandemia

Las restricciones y el confinamiento mundial a causa del COVID-19 generó un impacto negativo en la salud mental, afectando en cada una de las áreas de la vida de los jóvenes y en su cotidianidad. 

Según una investigación llamada Radiografía de la Generación Z publicada en Chilenografía, en Chile, en el año 2023 un 63 % de los jóvenes se siente ansioso.
Foto de Annie Spratt en Unsplash.

De acuerdo con un estudio de Bain & Company, en Chile, la generación Z y los millennials fueron los más afectados psicológicamente, donde un 35 % de los encuestados confesó que sus niveles de ansiedad aumentaron tras la pandemia. Sin embargo, un 57 % de estos, indicó que se hicieron conscientes con respeto a su salud.

Sofía Wilson es una estudiante universitaria de 22 años, quien relata que el tiempo de confinamiento del COVID-19 afectaron de forma negativa en su ansiedad y salud mental en general, haciendo más complicado relacionarse con las personas. “La verdad sí, en el mal sentido, sobre todo el hecho de las relaciones con la gente (frente a frente) siento que fue muy difícil volver a retomar eso después de la pandemia”, comentó.

Además, señala que la cuarentena vivida también dio pie a que se volviera consciente de su salud mental. “Fue un período en el que tenía bastante tiempo y mucho en que pensar, me sirvió en que pude reflexionar más sobre mi bienestar en todo sentido”, expresó.

Los problemas de salud mental son temas que han sido abordados con frecuencia por los especialistas en la materia. Así mismo por los jóvenes, quienes a pesar de ser la generación que actualmente más sufre de ellas, son los que tienen una mayor consciencia con respecto a su bienestar psicológico. 

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