Desafíos bajo la lluvia: el impacto del mal clima en los pequeños comercios de Concepción 

Los locales comerciales enfrentan dificultades económicas debido al bajo flujo de ventas provocado por las lluvias. Algunos propietarios relatan cómo el mal tiempo afecta tanto a sus ingresos como a su moral, destacando la lucha constante por mantenerse a flote frente a estos desafíos

Con el inicio de las temporadas de otoño e invierno, varias personas se ven perjudicadas por la lluvia. Algunos dueños de pequeños locales comerciales sufren las consecuencias del mal tiempo. El bajo flujo de clientes influye directamente en su capacidad de obtener ganancias. Los principales afectados son aquellos que recién están comenzando con sus negocios, donde incluso un solo mal día de ventas puede significar un duro golpe para su economía.

Durante el temporal de junio del 204, el municipio indicó que existen 67 lugares con afectación de distinto tipo en la comuna. Fotografía: Carolina Echagüe, Diario Concepción.

Recientemente, en Concepción, el temporal marcó significativamente a los emprendedores, quienes, además de preocuparse por el clima, tuvieron que hacerlo por sus bajos ingresos. De esta forma, el mal tiempo marca negativamente la economía de cada local. Adicionalmente, puede interrumpir los suministros e incluso causar daños a la infraestructura. Estos problemas generan un impacto en la moral de los dueños y los trabajadores.

Alejandro Ortiz tiene una panadería en Talcahuano, en el sector Las Higueras. Con casi 15 años trabajando en el rubro, cuenta con la experiencia para poder afrontar estas adversidades. Utiliza diferentes promociones para atraer compradores en estos días, como sopaipillas y calzones rotos.

Sin embargo, aun con la experiencia, el mal clima lo sigue afectando: “La gente se queda en sus casas para resguardarse del frío, el viento y la lluvia, entonces, las ventas bajan”, recalcó Alejandro. No obstante, una de las ventajas que tiene una panadería, como lo reconoció el dueño, es que “el pan es infalible en la casa de los chilenos”, por lo que, aun con los pocos ingresos, logra pagar y mantenerse en el margen.

La difícil situación económica

El dueño del minimercado Santo Pistacho, ubicado en Orompello 575, David Maldonado, lleva casi un año con su negocio y, durante las semanas de lluvia, ha notado un duro golpe en sus ganancias. Las personas que habitualmente recurren a su local por algún café o desayuno en las mañanas, con el mal clima, ya no lo hacen. “Yo creo que la gente prefiere recurrir a alguna aplicación que los deje en la puerta de su trabajo para no mojarse”, señaló David.

Santo Pistacho, local comercial de David Maldonado. Su fuerte económico es la venta de desayunos, ya sea de pastelería, café y comida al paso. Fotografía: Luis García.

A modo de consecuencia, recalcó que sus ventas cayeron hasta alrededor de un 60 %. Esto significó una gran complicación para él. El cobro del arriendo es una de las principales razones, dado que, como indicó: “Si no cubro los gastos del arriendo, a mí me cierran las puertas del local, y el dueño del espacio va a buscar de inmediato a otra persona”. El último temporal que vivió, producto del bajo ingreso de clientes, le causó problemas para poder cubrir esos gastos, incluso los personales.

Por otro lado, Mónica Sanhueza, una mujer jubilada, ayuda a su hija con su emprendimiento de papelería. Se encuentran ubicadas en pleno centro de Concepción y su local se llama El Rinconcito de Pigus. Hace algunos meses decidieron probar suerte e instalar una tienda. Sin embargo, la temporada de invierno y la lluvia, comprometen sus ganancias.

El tema del arriendo también es algo que se repite. “Si no entra el público, no se va juntando el dinero y cuesta mucho reunirlo, entonces, a veces hay que sacar plata de nuestro propio bolsillo para poder pagar. Eso no es cómodo, son gastos que no están contemplados”, indicó Mónica. Las personas prefieren no exponerse, previniendo mojarse por las lluvias.

Los efectos a la moral

Como se mencionó anteriormente, el impacto en la moral, especialmente para los pequeños locales comerciales, puede ser bastante grande. “Resulta difícil llevar a cabo el trabajo cuando uno se encuentra en esas situaciones, donde no solo es un bajón emocional, sino también físico. Uno se cansa, lo que pasa la cuenta si son muchos días”, resaltó David.

El Rinconcito de Pigus se encuentra dentro de la Feria Urbana de Emprendedores, lugar el cual, reúne a varios comerciales. Fotografía: Luis García.

Asimismo, en el caso de Mónica, al ser una mujer ya jubilada, ya no tiene la misma motivación y vigor. “Cuesta salir de la casa, yo ya no tengo la energía de antes y las ganas de salir”, señaló. En su posición, aunque le brinde apoyo a su hija, y no sea su negocio personal, igualmente siente el peso de los bajos ingresos por las temporadas de lluvia.

El mal clima afecta significativamente a los pequeños locales comerciales, no solo de manera económica, sino también emocionalmente. Los dueños, con sus ganas de emprender, se ven frustrados por el mal tiempo. No obstante, a pesar de las adversidades, continúan trabajando y esforzándose para poder sacar sus negocios adelante.

Te puede interesar: La masculinización del desactualizado transporte público del Biobío.

Top