La parte oscura de Corea del Sur

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Muchos tienen como destino soñado Corea del Sur, pero no hay que dejarse engañar ya que está muy lejos de la sociedad que se muestra.

Con la llegada del k-pop, la sociedad coreana se vio en el foco de la atención de los fans. La fidelidad de los oyentes de estos grupos puede cegar la visión de muchos de estos admiradores, generando que deseen ser parte de una cultura que no existe.

La sociedad coreana que plantean muchos seguidores de este género está totalmente idealizada y no podría estar más lejos de la real. Lo que no se dan cuenta es que esta es una estrategia de publicidad para llamar a posibles turistas y que así crezca el mercado.

Corea del Sur tiene un amplio historial de violencia y crímenes contra las mujeres, casos como el del club Burning Sun, el de Nth Room en Telegram o el más reciente de los casos de videos deepfake de más de 200 idols, entre esas varias menores de edad.

Mujeres protestando para tener representación en el gobierno (Fuente: Min Joo Kim/The Washington Post).

Los involucrados en estos crímenes y los principales responsables siguen libres e incluso algunos son invitados a eventos. Ellos pueden vivir libremente sin consecuencias, pero las víctimas lo recordarán por el resto de sus vidas.

Las mujeres coreanas saben el riesgo que corren en el país y han llegado a tomar medidas que para muchos parecen extremas. El movimiento 4B tiene un estimado de 50 000 seguidoras y consiste en decir no a todo tipo de relación con hombres. Nada de citas, relaciones sexuales, matrimonio o hijos, estas son las medidas que tienen que tomar para sentir un poco de seguridad en su propio país.

Aun después de todos estos antecedentes, los coreanos tienen el descaro de proclamar que las falencias del país y las bajas en la natalidad son culpa de las feministas. Esta es una nación retorcida y atrapada en el tiempo.

Estos comportamientos son inaceptables en la sociedad actual, por lo que visibilizar la realidad de la nación es necesario en tiempos como estos. Corea del Sur no es un país ideal para vivir y no es el cuento de hadas que muchos tienen en sus cabezas. Para lograr que esto deje de ocurrir lo primero es aceptar la verdad y apoyar a los que quieren hacer un cambio. 

Escrito por Sofía Cifuentes

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