Trastornos del sueño: el enemigo silencioso de los universitarios

Los efectos en los estudiantes afectan su rendimiento y concentración, además de deteriorar el cuerpo a largo plazo.

Entre los miles de estudiantes de diferentes carreras, que cada día se levantan para cumplir sus horarios y responsabilidades académicas, existe una experiencia que cada uno vive en algún punto de su periodo de estudios superiores; esta es el trasnochar y tener un pésimo horario y calidad de sueño. A simple vista, puede parecer que estas situaciones no poseen mayor trascendencia más que hacernos pasar una mala noche y ponernos de mal humor, pero la verdad es que, si estos problemas persisten, pueden transformarse en un trastorno del sueño, el cual trae consigo malestares tanto físicos como psicológicos.

Afecta aproximadamente al 0,2% de la población general, y al 3,5% de los sujetos que consultan por problemas de sueño.
Fotografía de Prensa Libre.

Agustín Campos, estudiante de Enfermería en la Universidad Finis Terrae, cuenta cómo ha sufrido de somnolencia y dificultades para conciliar el sueño durante los últimos tres meses, todo se lo adjudica a su horario de estudio que se extiende hasta la madrugada, provocando que duerma demasiado tarde y en pocas cantidades. “Siempre termino de estudiar alrededor de las tres o cuatro de la mañana y, tomando en cuenta que debo despertarme todos los días a las siete u ocho de la mañana, esto provoca que no descanse las horas que necesito y permanezco adormilado durante todo el día”, afirmó. Este es uno de los muchos casos de estudiantes que sufren de las mismas complicaciones alrededor del país.

¿Qué son estas alteraciones del dormir y cómo se producen?

Son dificultades que se relacionan con la calidad, el horario y la cantidad de sueño de una persona, lo que obstaculiza la capacidad de poder descansar lo suficiente y de forma reparadora. Se pueden manifestar como insomnio, siendo la dificultad de conciliar el sueño y mantenerse dormido, o hipersomnia y narcolepsia, donde se duerme demasiado y se presentan complicaciones para estar despierto durante el día. 

También existen condiciones, como la apnea del sueño, que se caracteriza por la presencia de patrones irregulares de respiración mientras se está durmiendo, y el síndrome de las piernas inquietas o enfermedad de Willis-Ekbom, el cual causa una sensación incómoda en las piernas y un impulso de moverlas cuando se está tratando de dormir.

Estos desórdenes afectan la vida diaria de un gran número de universitarios. Entre la apretada agenda académica, certámenes y responsabilidades, el dormir bien se transforma en un lujo de pocos y un anhelo de muchos.

¿Cómo es que se producen estos trastornos del sueño? La psicóloga Ana Bonifetti explica que pueden existir múltiples causas, desde factores externos o ambientales hasta problemas internos del cuerpo o la mente, pero que hay orígenes comunes. “Las principales razones por las que se podría generar un padecimiento de este tipo son el estrés o ansiedad, debido a que esto produce un estado de alerta constante que dificulta la relajación y la conciliación del sueño, y los ciclos irregulares de sueño, porque el alterar el reloj biológico dificulta la capacidad del cuerpo de adaptarse a un patrón de descanso estable”, señala. 

Algunos de los signos y síntomas de los trastornos del sueño incluyen somnolencia diurna excesiva, respiración irregular o aumento del movimiento durante el sueño.
Fotografía de Uninorte.

Además, agrega que esta última razón se ve bastante en estudiantes universitarios, ya que estos suelen verse obligados a adoptar horarios nocturnos para estudiar. Menciona que otro de los motivos detrás del surgimiento de estos trastornos es el poseer una mala higiene del sueño, lo que significa el tener hábitos que resultan perjudiciales para un buen descanso, tales como usar el celular antes de dormir o acostarse siempre a horas diferentes.

Las consecuencias pueden abarcar desde afectaciones mentales y físicas, y no deben ser tomados a la ligera. Los efectos pueden ser a corto o largo plazo y para un estudiante puede ser muy perjudicial. Ana explica que la persona puede verse afectada por problemas de concentración y de memoria, llevando a la deficiencia del rendimiento académico o laboral y desajustes emocionales. “A largo plazo, se aumenta el riesgo a enfermedades cardiovasculares, diabetes e hipertensión. La calidad de vida disminuye”, concluyó.

La terapia de relajación o meditación le enseña a relajarse y a dormirse más rápido. La educación para el sueño lo ayuda a aprender buenos hábitos de sueño.
Fotografía de Grupo Gamma.

A pesar de lo peligroso de estos trastornos, existen formas de prevenir e incluso curarlos. Lía Campos es una estudiante de Psicología en la Universidad Católica del Maule, quien ha tratado su insomnio por meses hasta el punto de hacerlo desaparecer, adoptando una serie de hábitos saludables para antes de dormir. “Comencé estableciendo una rutina de sueño junto con adecuar toda mi pieza para que fuese lo más silenciosa y calmada posible, además de dejar de tomar café por las tardes”, relata. Esta es una de las diferentes maneras de tratar un trastorno, mejorando la higiene del sueño.

Existen métodos que van desde las terapias de luz y la terapia cognitivo-conductual (TCC) hasta el consumir medicamentos y mejorar los hábitos alimenticios. “Los pequeños ajustes al estilo de vida son más que suficientes para obtener una gran mejora en el sueño”, declaró.

Si bien se puede curar, siempre es mejor prevenir, especialmente si hablamos de los estudiantes universitarios, lo más importante es identificar qué está afectando al sueño y tomar las medidas necesarias para mejorar el descanso.

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Ian Morales
Estudiante de Periodismo UdeC
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