Ser una de las firmas de ropa interior más famosas del mundo y no mostrar la diversidad de cuerpos en la era del body positive fue la condena de la marca hace seis años.

Desde 1995, el espectáculo anual de la icónica casa de lencería se adueñó de los reflectores. Iniciando en la década de las supermodelos, Victoria´s Secret vio más allá de los desfiles y elaboró un show tan esperado como la Navidad en el mundo de la moda. Incluso crearon un título mítico y exclusivo para algunas de las mujeres encargadas de protagonizar el evento, las llamadas “ángeles”. Los requisitos principales para que te crecieran las alas: ser bella, flaca y esbelta.

Cuerpo de pasarela

Si bien la delgadez extrema era el canon de belleza comercial en los noventa y en la primera década de este siglo, gracias al avance de los años, el modelaje plus size, y movimientos como el body positive, aquel estereotipo se fue desmoronando. Aunque para nadie es un secreto que Victoria no recibió el memo. El punto de inflexión llegó en 2019, cuando se canceló el evento tras el anuncio de los nuevos ángeles de la marca, a causa de las críticas en contra de la imagen que seguían promoviendo.

Sin embargo, hace algunos meses, el público se sorprendió con el anuncio del regreso del Victoria´s Secret Fashion Show tras seis años y esta vez habría una variedad de una verdadera variedad de cuerpos entre las modelos que recorrerían la pasarela neoyorquina. Evidentemente, la marca se dio cuenta de que la talla de una modelo no es inversamente proporcional al éxito del evento.

¿Sigue siendo Victoria?

En cuanto al gran regreso del desfile, la incorporación de modelos de diversas tallas fue evidente y bien ejecutada, sin separarlas o ponerles vestidos en lugar de lencería. Sin embargo, parece que el hecho de mostrar personas con cuerpos reales coincidió con la pérdida de la potencia y picardía características de esta mediática pasarela. Entonces, ¿le quedó grande el desafío a Victoria´s Secret?

Es decepcionante que una firma con tan fuerte posición no sepa satisfacer las nuevas necesidades de su público sin perder la personalidad que la puso en la cima. En definitiva, no se sintió como el regreso de una institución en el mundo de la moda, sino la media vuelta de una marca regañada.