Es sabido que el periodo de vida en la Tierra es limitado y que en algún momento uno dejará de existir. Lo único de que no tenemos certeza es de cuándo sucederá y posiblemente nadie querrá saberlo.

De seguro más de alguno ha perdido a una persona importante en su vida que por algún motivo partió antes de este mundo. Sin embargo, lo difícil de esa situación es para quien sigue en este plano y es inevitable preguntarme: ¿cómo se vuelve a la rutina luego de vivir ese dolor?

Cada persona vive el luto de una manera diferente, no existe la respuesta mágica de cómo hacer que el corazón no sienta pena.  Por ejemplo, antiguamente, las personas solían vestirse solo con ropa negra y otras preferían no bailar por respeto a ese ser amado que perdieron.   

Poco se habla de cómo retomar la vida, pues independiente del momento en el que uno se encuentre, aquel suceso básicamente lo cambia todo. Nadie te enseña cómo seguir hacia adelante y dar vuelta la página ya sea por voluntad u obligación aún cuando la pena está a flor de piel.

Es como si la vida ya estuviera programada para vivir el duelo por un tiempo limitado, pues el mundo no se detiene junto a ti ni logra comprender ese dolor que llevas cargando dentro. Lo cual es injusto porque ¿será posible sanar un duelo en solo días? Bajo mi punto de vista creo que no, pero lamentablemente hay cosas que se deben retomar y una de ellas es el trabajo.

No entiendo cómo el Artículo 66 del Código del Trabajo estipula una cierta cantidad de permisos en caso del fallecimiento de una persona. Por ejemplo, por la muerte de un hijo, el trabajador tiene derecho a faltar diez días. Lo que considero algo insólito, pues la tristeza no se va en ese tiempo.

Espero que así como cada día se le está dando una mayor importancia a la salud mental, también se mejore este tema en los futuros proyectos de ley. Debido a que nadie sabe lo que realmente se siente hasta que lo vives y para algunos esa herida jamás se cierra.

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