Seres sociales, ¿hasta qué punto? OpiniónPor Constanza Parra - 22 noviembre, 2024 Vivimos en una sociedad hiperconectada. Si bien Aristóteles nos da a entender que somos seres sociales, cosa que pocos se atreverían a debatir, ¿hasta qué punto llevamos esa socialización? Soy alguien sociable y habladora, por lo que soy consciente de que la vida social otorga placeres, y con ello responsabilidades. Ninguna de estas cosas son inherentemente malas, pero creo que hay un límite que, como generación hiperconectada, hemos cruzado. Siempre se habla de invertir tiempo en las relaciones; de forma simple, esto es invertir vida. La cuestión problemática es cuando el tiempo no es suficiente para racionarlo entre los compañeros de universidad, familiares, colegas y, virtualmente, con ese amigo de un campamento al que fuiste en el verano, con el estudiante que vino de intercambio hace unos meses o el primo de infancia que vive en Arica. Me pregunto si realmente estamos invirtiendo o somos adictos al consumo social, donde sin parar buscamos y buscamos más contacto humano. Lo que me preocupa en realidad no es la cantidad, sino la capacidad perdida de lidiar con el silencio que viene después de ir a tomar café con colegas, para luego ir a un taller, llamar a nuestra mamá y chatear con nuestros amigos. Tan acostumbrados al grupo, que la soledad comienza a sentirse incómoda. Ser capaces de sentirnos plenos y estimulados sólo con nuestras mentes debe ser fácil y placentero. Hemos llegado a un punto en que no sabemos vivir sin la diversión del grupo, del chat, de la llamada o del plan de viernes y eso no es libertad, es un agradable cautiverio. Te podría interesar Animales prehistóricos que en realidad no son dinosaurios