¿El orden de nacimiento afecta en la personalidad?

Personalidad

La creencia popular indica que el carácter de una persona va a ser distinto si es que es el hermano mayor, el del medio o el menor.

Al ser humano siempre le gusta encontrar patrones, descubrir el porqué de las cosas e intentar entender qué es lo que termina por incidir en lo que somos actualmente. La personalidad no se queda atrás; queremos saber la influencia de cada experiencia y característica en nuestro carácter.

Esto incluye al orden de nacimiento; debido a ello se tienen concepciones para cada una de las opciones. Como que los hijos mayores son más serios, tranquilos y responsables; que los del medio suelen ser independientes e ignorados, y que los últimos en aparecer son personas que tienden a ser extrovertidas y sociables.

Imagen extraída de National Geographic.

Todas estas ideas no son nada más que meros constructos sociales, o ¿existe veracidad dentro de estas afirmaciones?

Lo que está comprobado en su totalidad es que el ambiente en donde uno crece, madura y se desenvuelve afecta al carácter de uno. Ya que no se nace con una personalidad fija, sino que esta se va formando con base en las experiencias, las relaciones y las interacciones sociales que se tienen durante la niñez y adolescencia.

Siendo el orden de nacimiento de la persona solo uno de los tantos factores del entorno que terminan por incidir en la personalidad.

El cómo afecta lo explica Alejandra Castro, psicopedagoga y estudiante de psicología: “Lo más relevante es el papel que tiene el cuidador con el hijo; me refiero a ese aspecto vincular que se genera entre ellos. Esto va a influir en las relaciones a nivel emocional y social”.

Las diferencias entre la personalidad de los hijos se deben al cambio que experimentaron los cuidadores con los pasos de los años. Ya que el método de crianza que usaron los padres con el primogénito no es el mismo que utilizaron con sus otros dos hermanos.

Creación de dinámicas dentro de la familia

Todo el entorno afecta la personalidad de una persona; por esto mismo es que la relación que tiene uno con sus hermanos también incide en cómo es su carácter. Ya que se empiezan a generar distintas dinámicas dentro del grupo social familiar.

Imagen extraída de Criar con Sentido Común.
La teoría del orden de nacimiento ha sido estudiada y respaldada por varias décadas.

Esto lo explica Paula Cofre, trabajadora social y colaboradora de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Concepción: “Se establecen jerarquías; partiendo por el primogénito, el cual es quien designa derechos y deberes para el resto de los hermanos; el hijo del medio es el que suele competir y que es considerado el rebelde de la familia; y, por último, el menor es visto como el objeto de satisfacción en el grupo familiar”.

A la hora de la verdad, estos mecanismos cuentan con sus matices y no son completamente exactos. Factores como el sexo, la diferencia de edad y las distintas épocas donde fueron criados los hijos también inciden en las dinámicas emocionales y sociales dentro de la familia.

¿Pero qué ocurre cuando son más de tres hijos? Dependerá de cómo esté conformado el grupo familiar; lo usual es que los hermanos del medio ocupen el rol de rebeldes y competitivos, sin importar cuántos sean.

¿Y qué ocurre con los hijos únicos? Al estar solos, terminan por adoptar rasgos de cada uno de los tres roles, generando que su personalidad sea una combinación entre el primogénito, el hijo del medio y el menor. Esta mezcla se da en distintas proporciones, por lo que uno de los papeles será levemente dominante por encima de los otros dos.

Diferencias entre hermanos

Pero volviendo al tema del orden de nacimiento, los hermanos de una familia cuentan con varias diferencias dentro de su personalidad; sin embargo, también gozan de bastantes semejanzas. Ahora nace la pregunta: a nivel social, ¿se notan dichas disparidades en el carácter y la forma de ser entre fraternos?

La manera más sencilla de saber dicha información es realizando una comparativa entre tres hermanos, para así sacar a relucir sus principales diferencias en su personalidad y carácter. Conociendo lo anterior, e intentando ser lo menos autorreferente posible, da la casualidad de que yo soy el hijo menor de una tríada; por eso mismo utilizaremos mi situación para realizar el contraste.

Héctor Velásquez, quien fue profesor mío y de mis dos consanguíneos, efectuó la comparación: “Tu hermano mayor en todo momento era racional, reservado y tranquilo; por otro lado, tu hermana era más emocional, pero sin llegar a ser irracional, también buena para discutir, nunca se quedaba con la primera respuesta; y por último tú siempre has tenido facilidad para socializar con las personas, sumando a que sueles ser un poco irreverente”.

La dinámica familiar afecta la personalidad de uno, ya que, por lo general, uno toma un rol dentro del grupo, papel que se acopla con los que tienen tus consanguíneos y cuidadores.

Pero esto no debe ser tomado como algo malo, porque si lo piensas bien, las personalidades de tus hermanos y la tuya están diseñadas para complementarse de la mejor manera.

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