Evolución del cambio climático: un futuro incierto

En las últimas décadas la evolución del cambio climático ha avanzado de forma alarmante, llegando a ser uno de los mayores retos globales. De hecho, la evolución del cambio climático muestra un aumento de temperaturas nunca antes vistas, lo que, a su vez, intensifica fenómenos meteorológicos extremos. Sumado a esto, los ecosistemas están sufriendo un deterioro acelerado que amenaza la biodiversidad a nivel mundial. Según datos de la NASA, 2023 fue el año más caluroso registrado hasta la fecha, con un aumento de 1,2°C respecto a los promedios históricos.

Los orígenes del estudio del cambio climático parten en el siglo XIX. En 1856, la científica Eunice Foote realizó el primer experimento sobre el efecto invernadero, demostrando cómo el CO₂ atrapaba el calor en la atmósfera. Más adelante, en 1958, el químico Charles Keeling comenzó a registrar las concentraciones de CO₂ en la atmósfera. Gracias a ellos se puede confirmar la relación directa entre la actividad humana y la evolución del cambio climático.

La intensificación de fenómenos climáticos extremos

A lo largo de las últimas dos décadas, los fenómenos climáticos extremos se han intensificado considerablemente. Por ejemplo, en 2003, Europa vivió una ola de calor histórica que provocó miles de muertes, especialmente entre la población vulnerable. Esta ola de calor fue una señal clara de las consecuencias que puede tener el cambio climático. Años más tarde, en 2020, Australia enfrentó incendios forestales que afectaron ecosistemas enteros y mataron más de 1.200 millones de animales.

Otra de las repercusiones de la evolución del cambio climático es el derretimiento de los glaciares. En 2012, el Ártico experimentó una reducción récord en el hielo marino, una situación que ha continuado acelerándose. Esto no solo impacta los ecosistemas árticos, sino que también contribuye al aumento del nivel del mar, poniendo en riesgo las zonas costeras. Según el National Snow and Ice Data Center, el volumen de hielo en el Ártico ha caído un 30% desde los años 80.

Ante este panorama, es necesario que los países fortalezcan las políticas globales para mitigar el cambio climático. El Acuerdo de París, firmado en 2015, busca limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C respecto a los niveles preindustriales. Para alcanzar este objetivo, se requiere acelerar la transición a energías limpias, implementar proyectos de reforestación a gran escala y desarrollar tecnologías de captura de carbono. Estas medidas son claves para enfrentar las emisiones de gases de efecto invernadero y los impactos del cambio climático en los ecosistemas y las comunidades humanas.

Foto: AFP.

Top