El fútbol de barrio es un sinónimo de sana competencia y diversión para muchas familias a lo largo de todo el país, miles de clubes que buscan contribuir al deporte comunal, cuentan con cientos de personas que van a jugar o a aportar de alguna u otra manera cada fin de semana.

En los últimos años, lo que conocemos como fútbol de barrio ha sufrido cambios rotundos que han afectado de manera directa la competencia. A los clubes, han llegado inversores que, en la mayoría de los casos, están involucrados en malas prácticas fuera de la cancha y su capital de inversión proviene de dineros sucios. Esto ha empañado la verdadera esencia del balompié amateur: la camaradería, la familia y el sano deporte entre equipos comunales.

La pérdida de la esencia

Los clubes de barrios son representativos de un pequeño sector dentro de una comuna. En un principio, era común apreciar a la gente de la población jugar por su respectivo equipo que lo representa, sin embargo, esta dinámica se ha hecho menos recurrente por culpa de los pagos que se están haciendo en el fútbol aficionado.
Lentamente se ha ido perdiendo la esencia de los clubes, los dirigentes amateur están apostando por buscar jugadores de otros lugares para subir el nivel de las series que compiten y así poder optar a ser campeones.
Pedro Ibáñez, ha sido presidente del Club Deportivo Los Lobos durante nueve años, en los que ha visto pasar muchos jugadores y ha evidenciado una serie de cambios en la liga. “Soy parte de este club desde que era muy chico y jugaba en infantiles. La competencia ha cambiado notablemente desde que comencé, ahora se ve mucho la delincuencia y gente que no viene a jugar, sino que vienen a armar riñas y pelear”, afirmó el dirigente.

Por otra parte, reconoció que los pagos a jugadores es una práctica recurrente y se hace más complicado hacerle frente a los que invierten. “Se ha hecho difícil para los clubes humildes como nosotros medirnos con aquellos que pagan, lo que más me duele es el tema de las series infantiles y juveniles, antes jugaban niños de la población o familiares y ahora los equipos andan buscando niños por todos lados para poder competir. Eso no me parece bien porque le quita el puesto a un niño que es del sector”, concluyó el presidente de Los Lobos.

El rol de los equipos de barrio en el deporte comunal

Los clubes amateur cuentan con varias divisiones según la liga en cuestión, estas son, por lo general; infantiles, juveniles, adulta, senior y femenina. Esto se traduce en oportunidades para todo aquel que quiera jugar fútbol, poder hacerlo en representación de un determinado club.
Además, los clubes de barrio son, en muchos casos, los que les dan las primeras herramientas a los niños para desarrollarse en el ámbito futbolístico. La importancia de los jóvenes en los equipos es vital para el deporte comunal, así lo reconoció Wladimir Durán, presidente de la Liga Comunal de Talcahuano, que abarca tres competiciones dentro de la ciudad puerto, estas son; Liga de Talcahuano, Liga Unión Los Lobos y Liga de San Vicente. “Para nosotros ellos son fundamentales, alegran la tarde y compiten de buena manera, vienen a divertirse y eso es lo más importante siempre”, explicó Durán.
En otro aspecto, señaló que da un sentimiento de satisfacción ver que jugadores que participan de series menores, llegan a jugar en cadetes de equipos profesionales de la zona. “Las ligas amateur son una gran vitrina para muchos niños y es bonito cuando logran dar ese salto de calidad, es gratificante, por eso también los adultos tienen que entender que esto es una competencia sana y deben dejar de lado las peleas para no espantar a los más chicos. Como mencionaba antes, ellos son los más importantes acá”, enfatizó el presidente de la Liga Comunal de Talcahuano.

El lado oscuro de los financiamientos

Algunos equipos participantes de las distintas ligas de la región cuentan con subvenciones turbias y reciben dinero que proviene de prácticas ilegales. El narcotráfico llegó hace unos años al fútbol de barrio y se ha podido evidenciar una transición a partidos mucho más tensos debido a la inversión que está en juego partido a partido. Las amenazas a jugadores, dirigentes e incluso árbitros, son recurrentes cada fin de semana, ya que, ver que este financiamiento no da resultados termina normalmente en problemas y riñas al interior de las canchas del Biobío.

Bryan Astudillo, es uno de los mejores delanteros de la comuna de Talcahuano, muchos equipos se lo pelean para contar con sus goles. El ariete de veintisiete años reconoció que en algunos clubes que defendió, el dinero venía del narcotráfico. “He jugado en distintos lugares, en Hualpén, en Concepción y en Talcahuano. He llegado a recibir ofertas de hasta 80 mil pesos por partido, pero en un cuadro que estuve se rumoreaba que quien nos entregaba la plata andaba en malos pasos”, declaró el delantero.
El dinero se hace parte de una competencia que anima los fines de semana de muchas familias dentro de la región. El fútbol amateur pasó de ser representativo de poblaciones, a ser un mercado más, donde el amor a la camiseta y el sentido de pertenencia con los clubes quedó atrás.