Los jóvenes chilenos desde sus inicios escolares ya se encuentran dentro del mundo de la lectura, junto al famoso Silabario para aprender a leer, los diarios en casa, hasta los anuncios de la calle, hacen que nos sumerjamos en el universo de las letras.

Iniciar estos hábitos dentro de la época escolar es primordial, según la página del Currículum Nacional, se tiene un plan lector desde los cursos más pequeños para fomentar el gusto hacia el mundo de los libros, pero ¿qué sucede a medida que van creciendo?, con la llegada de las tecnologías la literatura comienza a quedar un poco de lado y, finalmente, en el olvido.

Matías Gómez, estudiante de la carrera de ingeniería Civil Industrial nos comenta sobre la importancia de la lectura a temprana edad: “Si se fomenta de forma correcta, se puede inculcar el hábito desde muy pequeños”.

Si bien hay diversas páginas y aplicaciones que cuentan con el formato de lectura digital (por la comodidad que se brinda al tener todo dentro del mismo celular), esto resulta la mayoría de las veces una mala práctica, ya que el uso excesivo de las pantallas generaría un daño a largo plazo.

Confinamiento y déficit de la comprensión lectora

Con la llegada de la pandemia, el mundo virtual tuvo su mayor peak que en cualquier otra época. El aislamiento y la estadía en casa fueron los factores primordiales para evitar el contagio del COVID-19 y la mayoría de los jóvenes pasaban todo el día en frente de computadores o de su celular, compartiendo con amistades, viendo series o películas, pero no siguiendo con sus lecturas que se les recomendaban en los colegios, ya que el formato “resumen” estaba a un solo click de distancia.

No olvidemos que, durante el periodo de la pandemia, muchos niños tuvieron que aprender desde sus casas elementos básicos que se enseñaban en las salas de clases, como crear cálculos matemáticos, trabajos manuales y comenzar el hábito de la lectura.

Según el informe Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de los Adultos de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), en el 2023 Chile se encontraba en el último lugar de un listado de 31 países, en cuanto a comprensión lectora.

La Dra. Mónica Tapia Ladino, directora del Centro de Investigación en Educación y Desarrollo (CIEDE) de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), explicó a la misma universidad en qué pudo consistir esta falla.

 “La forma como mide la prueba es de un esquema académico, es decir, evalúa con tipos de textos que se aprenden en el sistema escolar durante las clases”.

Todo esto se puede atribuir nuevamente a los tiempos de pandemia, los jóvenes compartían junto a sus lecturas correspondientes al ciclo en el cual estaban cursando, también añadió que “cuando hay papás o tutores que leen, hábito ya está incorporado”, haciendo hincapié en que recae en las casas de cada uno.

Vuelta al universo de la lectura

Con el fin de la pandemia y la vuelta a la realidad, ocurrió un fenómeno bastante significativo a nivel mundial, la saturación de las pantallas, la gente ya no quería sentarse a ver tele o estar en sus celulares (como estuvieron durante casi 3 años), ellos querían salir, recrearse y distraerse de su trabajo, colegio o universidad, volviendo así a los libros, comenzando con las sagas que más amaban en su juventud.

Patricia Melo, trabajadora de la librería Marta Brunet, comenta acerca del nuevo hábito sobre la literatura que se va formando: “Por parte de los estudiantes, ellos lo ven por la necesidad de relajarse, el estilo universitario conlleva harto estrés y harta carga, buscan en la lectura un espacio de refugio liviano, de alegría y de entretención”.

Se destaca entre ellos los libros de poesía, siendo los más consultados al momento de ingresar al lugar, siguiendo por los de literatura universal y clásica. Cristopher Garzón, estudiante de la carrera Contador Público y Auditor, expresa cómo ha sido su experiencia al formar un hábito lector: “He tenido que obligarme a crear uno, debido a que soy malo en general para recordar cosas. Suelo acompañarlo de algún dulce o agua y un espacio con silencio para poder hacer cómoda la lectura”.

Club de lectura

Un fenómeno que está volviendo a surgir, son los clubes de lectura, los jóvenes ahora se juntan una vez al mes a conversar y expresar sus opiniones sobre un literatura recomendada, fomentando así la comunidad, el hábito y potenciando el acceso a diversas obras. La Biblioteca Pública Digital (BPD) cuenta con una alta gama de relatos en formato online, donde presta el servicio de libros, audiolibros e inclusos retos por mes.  

El camino hacia el mundo de la literatura en los jóvenes es lento, pero va progresando. La pandemia dio un gran golpe a la educación y a la comprensión lectora de los estudiantes, es por esto que debemos dar más oportunidades a ellos para que su interés vuelva.

Promocionar bibliotecas locales, realizar talleres y exposiciones sobre libros, inclusive que ellos mismos creen sus propios relatos, solo así se logrará que el mundo de la lectura vuelva a ser una base sólida en los estudiantes chilenos.