Las protestas de historia a lo largo de una década

Paro 2025

Tanto Pedagogía como Licenciatura en Historia se han caracterizado por recurrir a paros y tomas de su respectivo departamento o facultad como mecanismo de presión. Solicitando soluciones a demandas históricas del alumnado respecto a mejoras de infraestructura, cambios en la malla, salud mental y violencia de género.

A propósito de la toma vigente del Departamento de Historia de la Universidad de Concepción por parte de la carrera PHyG, resulta pertinente repasar algunas de las movilizaciones de mayor relevancia en la última década por parte de dicho estudiantado.

Camila Fuentealba participó en cuatro tomas de corrido mientras fue alumna de Licenciatura en Historia en la Udec, de la que desertó para estudiar y, finalmente, egresar de Periodismo en la misma universidad.

La primera protesta en la que estuvo fue en la del 2015, la que fue impulsada por un rechazo mayoritario de educadores de nuestro país hacia el proyecto de ley de Carrera Docente, sosteniendo que la propuesta era perjudicial para ellos y que no consideraba sus peticiones. Cabe recordar que el caso escaló hasta convertirse en “la huelga de profesores más grande que ha tenido Chile desde 1967” según Francisco Vidal, Ex ministro de Defensa Nacional.

En ese entonces, tanto Licenciatura como Pedagogía en Historia se apropiaron del departamento del mismo nombre. Según Camila, “ambas carreras se suelen movilizar en conjunto” a pesar de pertenecer a facultades distintas. Finalmente, se aprobó de igual manera la Ley Carrera Docente, aunque con algunas modificaciones producto de la presión. Inconforme, la egresada de Periodismo comentó que “no se consiguió nada, excepto algunas cosas básicas como tener confort en los baños. Pero ese no era el motor del asunto, por lo que no valió la pena perder clases durante tantos meses.”

La mencionada también participó en otras protestas ocurridas en 2016 y 2017, aunque por motivos netamente internos, a diferencia de la del 2015. Se exigía mejor infraestructura y cambios en la malla curricular que el estudiantado consideraba fundamental. “Ciertamente había otras instancias para pedir las cosas, pero la única forma en que escucharon a mis compañeres fue ejerciendo presión de esa manera”, dijo.

De acuerdo con la ex alumna de Licenciatura en Historia, cuando había paros se hacían actividades a diario con el propósito de encontrar soluciones y aprender de la situación. Según cuenta se realizaban: conversatorios, invitación de peritos externos que iban a dar charlas, asambleas para conversar ciertos temas, etc.

“No nos íbamos de fiesta, a diferencia de lo que se cree. Había toda una organización y estructura que se encargaba de gestionar la comida y uso de salas, decidir los turnos de las rondas nocturnas, limpieza de los baños, juntar dinero en marchas para el beneficio de algunes participantes que eran de otras ciudades y que no tenían que comer”, detalló.

Respecto a las conductas internas, “se estableció ley seca y lúcida para evitar inconvenientes” según Camila, explicando que “si alguien salía del departamento para beber alcohol o fumar alguna sustancia no se le permitía volver a entrar.” Hizo énfasis a “la prioridad que se le daba al cuidado de los espacios. Los daños a la infraestructura solo habrían perjudicado la causa, ya que no nos hubiesen aceptado ninguna demanda.”

En 2018 ocurrió la primera toma feminista en la historia de la Udec tras múltiples casos de acoso y abuso sexual a nivel universitario. La que fue fortalecida por un contexto nacional en que se comenzó a visibilizar la violencia de género de forma masiva.

“Casi todas las facultades fueron tomadas por compañeras que exigían mayor seguridad y acciones concretas al respecto, siendo un problema transversal del establecimiento. Los espacios ocupados durante la toma eran separatistas, por lo que los hombres teníamos el acceso restringido. La excepción a la regla fue la Facultad de Humanidades y Artes, adoptando una inclusión mixta tras admitir tanto alumnos como alumnas de bachillerato. Puesto que el estudiantado de ese eje tenía otros problemas y demandas específicas aparte de las relativas a la violencia de género”, contextualizó Johan.

Según Camila Fuentealba, este evento fue el más trascendental de todos en los que estuvo, ya que “se destaparon muchos casos de abuso y acoso en la Udec, se desvinculó a alumnos victimarios y profesores misóginos. Por si fuera poco, de ahí en adelante se empezó a tomar el peso a este tipo de asuntos”, comentó.

Posteriormente, los de pedagogía tuvieron un paro online durante la pandemia, reclamando el costo desproporcionado del arancel respecto al servicio que ofrecía la universidad. También hubo otra ocupación del Departamento de Historia por PHyG en 2024 debido a temas de salud mental.

Actualmente más del 50% de la Udec está en paro debido a supuestos acosos realizados por un alumno de Pedagogía en Historia y Geografía. “Queremos sentarnos a negociar directamente con rectoría sobre soluciones concretas al respecto”, explicó Valery Céspedes, Vocera de Mujeres y Disidencia Sexo genérica de PHyG, agregando que “en el 2024 nos ofrecieron negociar con la condición de bajar la toma primero, por lo que así lo hicimos. En el petitorio realizado hubo demandas a corto, mediano y largo plazo. En todo un año no se cumplió ninguna”.

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