Desde su elección en 2013 como Obispo de la Iglesia Católica, muchas personas lo reconocen como una figura innovadora y cercana a la gente, que trajo consigo transformaciones.

Durante su pontificado, el papa Francisco se convirtió en un líder que promovió constantemente un mensaje de paz y comunión, inclusión y respeto por los más vulnerables, abogando porque la Iglesia se convirtiera en un «hospital de campaña», abierta a todos sin importar su origen. 

Papa Francisco como un firme opositor de los conflictos bélicos 

Uno de los pilares fundamentales de su forma de liderazgo fue su fuerte oposición a las guerras y los conflictos bélicos, sobre todo en el último tiempo, con las situaciones ocurridas en Gaza y Ucrania. 

Destacó en varias ocasiones que toda guerra es una «derrota» para la humanidad y una violación de la dignidad humana. A lo largo de su pontificado, pidió repetidamente el fin de los conflictos, como el de Siria. 

Un obispo abierto a la comunidad 

El Papa se destacó por visibilizar e incluir a los pobres y los marginados dentro de la Iglesia. 

Trabajó en la promoción de la inclusión de las mujeres en roles eclesiásticos, instaurando leyes y permitiendo que ellas pudieran votar dentro de los obispados. También destacó en varias ocasiones que las personas LGBT+ son hijos de la Iglesia, afirmando que nadie debía ser juzgado por su orientación sexual. 

Crítico del sistema capitalista 

El Papa fue un denunciante del sistema capitalista que, según él, excluía a los más pobres y aumentaba las brechas sociales, trayendo más desigualdad a la sociedad. En su encíclica Laudato Si’, denunció la idolatría del dinero y la explotación ecológica, abogando por un cambio en el modelo económico que daña el medio ambiente. 

Finalmente, el Pontífice fue una figura que destacó por su legado basado en el amor. Aunque criticado por muchos, también inspiró a cientos de miles de personas a seguir su ejemplo.