La estresante y agotadora vida de las trabajadoras de la salud en el área de Urgencias SaludPor Scarleth Vásquez Cárcamo - 30 mayo, 2025 El día a día de las trabajadoras de la salud es caótico y muchas veces traen consigo situaciones de estrés. Combaten desafíos laborales que determinan la vida de una persona, común en el área de Urgencias. Salas de espera llenas, el personal corre de un lado a otro, pasan camillas con pacientes graves. Así es como funciona un día normal en los recintos hospitalarios de grandes dimensiones: gente gritando, estresada, esperando una atención rápida y digna. Los centros de la salud se han vuelto sitios frecuentes de visita para los ciudadanos de las diferentes comunas del país. Diversos diagnósticos, exámenes, fracturas o accidentes leves son los que se observan en el transcurso de los turnos asistenciales. Si bien la exigencia del personal médico es alta en todas sus áreas, es Urgencias la parte más vertiginosa, donde demanda laboral sobrepasa en muchos casos el nivel saludable. En algunas situaciones, quienes se dedican a ello desean dejarlo al poco tiempo. Labor intensa y demandante Carolina Barra es técnico en enfermería del Área de Pabellón desde hace tres años, una labor desgastante donde asegura que “la exigencia es alta, ya que todo el tiempo estamos en contacto con usuarios que llegan con diferentes problemáticas y en condiciones que no son las adecuadas”. “Decidí trabajar en el área porque me gusta sentir la adrenalina de cada caso o urgencia que llega, sin perder la humanidad que me caracteriza”, afirma. Lo más frecuente que enfrenta son “cirugías de vesícula o traumas” en personas de 35 años hacia arriba. “Lo más difícil de enfrentar son las urgencias que nos toman por sorpresa y debemos actuar de manera rápida y eficaz, sin equivocarnos”, indica. Ante esto, asegura que la mejor manera de sobrellevar el estrés es “respirando profundo y en mis tiempos muertos escuchar música, creando pausas activas”. En ese contexto, confiesa haber pensado en dejar su trabajo, no por el peso de la responsabilidad, si no por el ambiente laboral. “Se torna un poco tóxico, entendiendo que todos tenemos personalidades diferentes y opiniones que no son del agrado de cada persona. En mi área estamos en constante presión y se generan situaciones de conflicto que de repente se salen de lugar”, describe. Pese a ello, mira su labor con optimismo, expresando que “el día a día en el trabajo es agotador, pero a la vez reconfortante, al saber que aportamos un granito de arena en la vida de cada persona por la cual nos toca pasar”. Más dura ha sido la experiencia de Lizeth Garrido, quien presta servicio como auxiliar de apoyo en la Unidad de Urgencias desde hace cinco meses. Cuenta que “la presión es fuerte, ya que llegan pacientes al instante con distintos tipos de patologías, desde lo más severo a lo más grave”, desde personas con fracturas, sobredosis de sustancias, diabetes avanzadas, hasta adultos mayores con problemas respiratorios, con paros e infecciones. También, afirma que en su trabajo ha presenciado malos tratos hacia el personal, ante la frustración de no ser atendidos a la velocidad que quisieran. Aquello lo ha sobrellevado “manteniéndome al margen de todo, cumpliendo solo con mi trabajo y no tomarme las cosas personales, tratando de mantener la calma, pensando que son personas que no están al 100 % de su bienestar, dándoles tranquilidad conversando”. “Hay que tener cuero de chancho” Desde el Hospital de Magallanes, la auxiliar de servicio Yasna Gallardo Sánchez atravesó múltiples áreas, entre ellas Urgencias. Allí, dice que “comenzamos diciendo que sea un buen día, ya que se sabe que Urgencias atiende a muchas personas que van con distintos síntomas y que para cada situación es un tema”. “Es aquí donde comienza el estrés de los pacientes ya que no son atendidos como ellos quisieran: al tiro”, indica. Sobre el ambiente laboral, asegura que “se torna que todo el día hay que correr. Hay que tener cuero de chancho para trabajar en esa área, no se para todo el día, es de aquí para allá”. En ese plano, sostiene que “todo el día es caótico. Los que trabajamos alguna vez en esa área terminamos cansados mental y físicamente, es por eso que ahí se labura por turnos”. Su dotación es de 1.014 funcionarios, lo que refleja su papel fundamental como único hospital de alta complejidad en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena. Fotografía: Ovejeronoticias.cl. Trabajo apasionante A diferencia de sus colegas, Débora Abarza, es interna de técnico en enfermería desde hace diez semanas en Urgencias. Para ella, ha sido “una experiencia buena, llena de aprendizajes”. Tomó la decisión de desempeñarse en esa sección porque “hay más movimiento y uno va adquiriendo más experiencia. Es un trabajo intenso, sobre todo el tener que estar pendiente de pacientes con tantas morbilidades y complicaciones”. Una de las cosas más frecuentes que ha presenciado es el desconocimiento de los pacientes, sobre todo ancianos. “Es común ver que pacientes adultos que no saben a qué centro recurrir para que puedan atenderlos rápido”, ejemplifica. Lo más complejo es “cuando los pacientes no quieren cooperar y hay que explicarles que es por su bien y aplicar protocolos. Siempre intentar conversar con la persona e intentar resolver sus dudas. Es un trabajo que requiere bastante paciencia, pero a quien le gusta lo hace con profesionalismo y amor”. En 2022, se registraron 3.556 agresiones a trabajadores de la salud, más del doble de las 1.726 reportadas en 2019. Este aumento refleja el creciente nivel de violencia que enfrentan los equipos de urgencias. Fotografía: Latercera.com. Su forma de manejar el estrés del servicio es “dejando todo lo que pasa en el turno ahí, sin llevarse más problemas a la casa”. Por su parte, no tiene contemplado cambiar de rubro. “Es un trabajo que me apasiona y quiero siempre ir aprendiendo cosas nuevas para ir mejorando”, concluye. La vida del personal de salud en Urgencias puede resumirse como un constante desafío, donde la vocación, el esfuerzo y la entrega marcan la diferencia entre la vida y la muerte, en un contexto sanitario complejo, marcado por las listas de esperas y el poco amigable ambiente al interior de los hospitales. Continúa leyendo: Sofía Pinto: la joven siempre ocupada pero emocionada – Tiempo Real