El cielo no es igual en todas partes; dependiendo de sus características naturales y cómo se resguarden, diferentes lugares en el mundo pueden transformarse en verdaderos paraísos para la astronomía. Con tres ubicaciones destacadas en esta lista, Chile se ha consolidado como uno de los destinos más importantes del planeta para la observación astronómica; sin embargo, no es el único.

El punto más alto del volcán Mauna Kea, en Hawái, alberga varios de los telescopios más avanzados del hemisferio norte. México, por otro lado, cuenta con el Observatorio de San Pedro Mártir, reconocido como el segundo más importante de Latinoamérica, y además, por su colaboración con la NASA. En el altiplano boliviano existe el Salar de Uyuni, que ofrece un cielo nocturno casi mágico y cuenta con las condiciones naturales ideales para la astronomía; sin embargo, aún carece de infraestructura.

En África, la Reserva Natural dentro del desierto de Namibia ha sido pionera en recibir el reconocimiento de Darksky. Por otro lado, en España, las Islas Canarias son hogar de uno de los centros astrofísicos más importantes del continente europeo.

En Sudamérica, Perú postula a albergar el primer observatorio de rayos gamma, en la localidad de Arequipa. Al fin del mundo, en la Antártida, se encuentra uno de los cielos más limpios; entre condiciones extremas, este lugar del planeta se proyecta como un sitio privilegiado para la astronomía infrarroja y submilimétrica.

Chile es el país más privilegiado si de cielo hablamos. Con tres lugares en esta lista, es hogar de ALMA, el radiotelescopio más potente del mundo, ubicado en El Llano de Chajnantor, en Atacama. Lleno de lugares únicos, como el inigualable Valle del Elqui, en donde al año existen más de 300 noches despejadas, o el Cerro Pachón, sede del futuro Observatorio Vera C. Rubin.