Los problemas de los adultos mayores en el transporte público

Los adultos mayores, entre los más afectados por las malas condiciones del transporte público.

Los microbuses en la zona del Gran Concepción han sido motivo de críticas por parte de diversos sectores de la población. A causa de las conductas negativas que asumen algunos conductores.

Algunas de las prácticas que han causado mayor molestia son la imprudencia al volante, conducir a exceso de velocidad, y su maltrato hacia los pasajeros. Dichas actitudes, no solo perjudican la calidad del servicio, sino que también amenazan la vida de aquellos que son más indefensos, como los adultos de edad avanzada. Debido a que son los usuarios que enfrentan mayores problemas de movilidad.

La Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional 2022, revela que un 17,5% de los chilenos son personas de 65 años en adelante. Ahora bien, en la Región del Biobío, este mismo grupo etario llega a alcanzar casi el 18% del total de sus habitantes. De modo que, es una de las regiones que tienen más adultos mayores en Chile.

Créditos: El Mostrador.

La falta de un servicio de movilidad digno para la gente mayor

La tercera edad es uno de los grupos que más dificultades enfrenta al utilizar el transporte público. Las condiciones actuales no consideran las necesidades de este grupo etario. Dado que, en algunas ocasiones requieren mayor tiempo para subir y bajar de los buses, pero la presión por cumplir con los horarios combinada con la impaciencia de los choferes llega a puntos de tensión y discusiones. La poca o nula cultura de respeto y empatía en estos casos incrementa la gravedad del problema. De modo que, los adultos mayores terminan en una situación de desventaja.

En este sentido, Domingo Oportus expresó que «las pisaderas son muy altas para los adultos mayores y les cuesta mucho subir. Faltan los buses de piso bajo (como los del Biotren). A parte, a veces ellos andan con sillas de ruedas y tienen que subirlos en brazos. Por lo que es necesaria una rampa».

De esta forma, es posible concluir que bajar los precios no es suficiente si el entorno y el trato continúan siendo una desventaja para aquellos que son vulnerables. Es esencial que tanto el Estado como las empresas operadoras se preocupen de ofrecer un servicio más inclusivo.

Por otro lado, desde el Senama no quisieron entregar declaraciones acerca del tema. Ante la falta de respuesta por parte de esta entidad, se optó por hablar directamente con algunos adultos mayores. Nelly Hermosilla, de 69 años y utiliza bastón, comenta que en el transporte público «a veces se ponen pesados, sobre todo los estudiantes, pero muy a lo lejos. A mi edad, me cuesta un poquito».

Por su parte, María Reyes señala: «Tengo 65 años, pero nadie me cree». Además, hace referencia a que, en la infraestructura de los microbuses «hace falta una rampa para los que son mayores que yo, porque hay algunos que se les hace difícil, ya que andan con su burrito».

Créditos: Ovejero Noticias.

La ineficiencia de las autoridades

Con el propósito de dar solución a parte de dicho problema, desde el año 2020 se encuentra vigente la Ley 21.192. Esta establece que todas las personas con más de 65 años de edad tienen el derecho a pagar solo el 50% del valor del pasaje en el transporte público. A su vez, aquella ley eliminó la exigencia de la credencial para acceder a este beneficio.

No obstante, esta medida ha creado la aparición de nuevos problemas a los que enfrentarse. Uno de los principales es la incertidumbre que tienen los choferes que, en muchas ocasiones, no son capaces de garantizar con seguridad que el pasajero que se beneficia de la norma pertenece al grupo de edad determinado. La no estandarización de una identificación que se haga de forma visible genera confusiones, en algunos casos conflictos, entre conductores y usuarios.

Por otro lado, se asume que la imposición del sistema de cobro electrónico en 2026 va a ser una posible solución a esta problemática. Dado que, los beneficios tendrán que ser regularizados para lograr digitalizarlos. Así, se va a poder efectuar el pago automáticamente y sin que los conductores tengan que validarlo.

En este contexto, es evidente la necesidad de que la infraestructura y la cultura del transporte público lleguen a una mejora. A causa de que la atención y el respeto hacia los adultos mayores son factores esenciales. Es fundamental que las autoridades no solo den importancia a los beneficios económicos, sino también a las condiciones de accesibilidad, de seguridad y de trato digno para todas las personas, sin excepción alguna.

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