Jóvenes mapuches y la preservación de la cultura indígena

El pueblo mapuche es uno de los más amplios en territorio nacional. Con costumbres que han sido parte de su historia durante generaciones, el riesgo de la perdida de estas tradiciones entre las generaciones nuevas se plantea como una problemática.

Según información proporcionada por el Instituto Nacional de Estadísticas (también conocido como INE), en el Censo 2017 poco menos de 1.750.000 personas se identificaron como mapuches, situándose principalmente en las regiones Metropolitana, de la Araucanía y la de Los Lagos.  

Los ancestros de este pueblo han estado durante siglos en una constante lucha por preservar su identidad y lo que los representa. Desde la lucha con los españoles durante la época de la conquista del territorio nacional, hasta la constante pelea con los gobiernos de turno por la enajenación de terrenos sagrados.  

Algunas de las costumbres ancestrales de la cultura mapuche son reconocidas. Un ejemplo de estas es el We Tripantu. En esta, las comunidades se reúnen para celebrar este momento de conexión con la madre tierra, realizando distintas actividades como ceremonias y rituales, danzas tradicionales, o juegos de palin. Muchas veces, el desarrollo de estas celebraciones se concentra en zonas rurales. 

El alejamiento de los jóvenes a las tradiciones

La gran expansión y el aumento de la urbanización hacen que muchos jóvenes que, aunque han crecido rodeados de estas tradiciones, busquen un nuevo horizonte, lo que termina alejándolos de la cultura de este pueblo ancestral. Millaray Ñankulaf es una estudiante universitaria residente en Concepción, pero oriunda de Temuco. Hasta los 14 años estuvo participando activamente en distintas ceremonias y festividades mapuches. 

En la actualidad, siente que se está alejando. “Mi papá sabe un poco o entiende, y yo solo sé las cosas básicas. Entonces, conmigo el lenguaje va a morir. Las tradiciones van a morir. Y eso me da pena. Estoy perdiendo las costumbres, y estoy perdiendo la esencia mapuche. Siento que no tengo el derecho a llamarme mapuche si no práctico como lo hacía antes, y es por esta culpa que me está moviendo a meterme más de nuevo”, explicó. 

Fotografía por Nueva Sociedad

¿Seré realmente mapuche?

Además de estos jóvenes que han estado desde pequeños en todas las festividades y ceremonias, también hay quienes están acreditados con la calidad indígena en la Corporación Nacional del Desarrollo Indígena (reconocido por su sigla CONADI). Para solicitar esta certificación, se necesita ser hijo de padre o madre indígena hasta tres generaciones posteriores. 

Valentina Pinto, oriunda de Coronel y estudiante de primer año en Educación Diferencial en la Universidad de Concepción, está acreditada con la calidad indígena gracias a su ascendencia familiar. Actualmente, ni sus padres ni ella participan de ninguna manera de las costumbres del pueblo mapuche. “Los abuelos de mi mamá eran mucho más apegados a esas tradiciones que el resto de nosotros. Ellos fallecieron antes de que yo naciera, por lo que cuando ellos ya no estuvieron, esas tradiciones dejaron de estar presentes en mi entorno familiar”. 

Semejante es el caso de Sergio Monsalve, un estudiante de Tecnología Médica en la Universidad San Sebastián. Es originario de Cañete, ciudad reconocida por su apego a la cultura mapuche. “En la escuela sí mostraban el tema de las tradiciones, y sí se hicieron participaciones, como para esta fecha del We Tripantu, ya sea con alguna charla o actividad relacionada, o también replicar de cierta manera el tema de las costumbres”. 

Sergio, a pesar de crecer inculcado con estas costumbres, señala que, al estar en Concepción, donde la mayoría de las tradiciones se conservan en zonas rurales, como también ocurría durante su infancia en Cañete. “Yo no participo porque a mí nunca se me inculcó la costumbre de hacerlo. Aparte de que cuando yo nací, mi familia vivía en ciudad, entonces normalmente esas tradiciones estaban más cercanas como a zonas más rurales. Sin embargo, mi hermana mayor, que es fonoaudióloga, trabaja en el programa PIE de un colegio en una zona rural. El colegio también está abierto a todo ese tema de los elementos culturales mapuches, como costumbres y tradiciones. Por ejemplo, con el Año Nuevo Mapuche, que fue hace poco, ella fue partícipe y lo ha sido durante varios años que lleva trabajando”. 

Fotografía por Chile para niños

Preservar su cultura antes los cambios

Los mapuches son un pueblo indígena que ha podido sobrevivir a múltiples sucesos históricos que han intentado atentar contra la preservación de su comunidad. Como dijo Millaray, “lo que me da pena es que siento que todo lo que hemos hecho va a morir conmigo, o con mi línea de generación”.  

La labor de mantener estos espacios va más allá de las directivas de comunidades indígenas que buscan de manera constante mantenerse vigentes, también se debe incentivar a los jóvenes mapuches que, aunque busquen su bienestar a largo plazo, deben también conservar estos espacios sagrados y el patrimonio de su cultura es responsabilidad de ellos. 

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