Por años la comunidad LGBTI ha luchado contra la discriminación y por el derecho a vivir su identidad en paz.

Junio es mundialmente reconocido como el Mes del Orgullo, una ocasión de celebración para la comunidad LGBTI. La fecha conmemora los disturbios de Stonewall en junio de 1969, un hecho que impulsó la lucha por los derechos de las minorías sexuales y de género a lo largo del mundo. Han pasado más de 50 años desde entonces y todavía existe un amplio camino que recorrer en cuanto a inclusión se trata.

En Chile, el matrimonio igualitario se legalizó en 2021, y desde 2018 existe una ley que reconoce la identidad de las personas transgénero y les permite cambiar su sexo de forma legal. A pesar de esto, existen varios aspectos por mejorar. “Pese a que tenemos esta legislación, que a nivel internacional es mucho más favorable comparada a otros países, también existe una sensación de inseguridad y la posibilidad de ser víctima de discriminación” indica Laura Jerez, trabajadora de la oficina de diversidad de Concepción.

Obstáculos y dificultades para la comunidad

Máximo Romero comenzó su transición durante 2020, cuando tenía 17 años. Él describe el proceso como una evolución, tanto para sí mismo como para su entorno. Si bien poder expresar su identidad de género como deseaba lo ayudó a mejorar en muchos aspectos, como es el caso de la conexión con su familia y amigos, también experimentó dificultades. Uno de los principales problemas fueron las dudas que existían, tanto propias como las que el resto podía tener. “Existe como esta noción de qué pasa si está confundido, qué pasa si es una etapa y después se arrepiente” indicó Máximo.

Otra dificultad que enfrenta no sólo él, sino que la comunidad trans en general, es la atención médica. Si bien es conocido que el sistema de salud en Chile puede resultar lento, en el caso de las personas transgénero estas demoras resultan preocupantes. Para Máximo, el principal problema es que no se le da el peso ni la urgencia necesaria, ya que este servicio médico es más que sólo una ayuda física para la transición, sino que psicológica también.

Por otro lado, Amanda Valenzuela, activista de Sexualidad Conce, comenta que las principales dificultades que las personas de la comunidad enfrentan están relacionadas con la discriminación y la desinformación. “Todavía existen muchas fake news sobre el tema de crecer con el orgullo, hay mucha gente que discrimina y partidos políticos que se basan en atacar las diversidades, en difundir estas mentiras y en intentar retroceder todos los pocos avances que tenemos”, apuntó.

La situación de la comunidad LGBTI en Concepción

Amanda Valenzuela no sólo es activista, sino que también es dirigente de un club de lectura LGBTI en Concepción. El grupo se formó para tener un espacio seguro para la comunidad, que no sólo les permite reunirse y compartir en torno a sus identidades, si no que también les da la oportunidad de disfrutar de libros queer en conjunto.

Al igual que este club, existen más actividades en la ciudad enfocadas en la comunidad, tales como ferias para ilustradores y emprendedores, clubes de dibujo e incluso de tango. A pesar de eso, tanto Amanda como Laura coinciden en que no son suficientes.

Ahora bien, Concepción cuenta con la Oficina de Diversidad y No Discriminación, espacio donde trabaja Laura Jerez, cuyo fin es principalmente a atender a las personas del colectivo LGBTI, pero también a capacitar instituciones públicas y desarrollar espacios comunitarios como los grupos de encuentro. Según indica Jerez: «En la región del Biobío no se reportan tantos casos de discriminación como en otras regiones del país, pero esto también tiene que ver con que la comunidad, más allá de las instituciones, es visible y está organizada”.

Cambios para el futuro

Es claro que aún existe mucho trabajo que realizar en materia de inclusión de las diversidades sexuales en Chile, y para Laura un paso importante es la creación de una institución que a nivel nacional trabaje por el colectivo y que aborde directamente las situaciones de discriminación y la falta de acceso a servicios públicos. “En el caso de las personas LGBTI, no existe una institución pública que vele porque se cumplan estos derechos” recalcó.

Aunque la lucha de la comunidad aún no ha acabado, Chile ha dado grandes pasos en búsqueda de la inclusión. Mientras tanto, es seguro que las personas del colectivo LGBTI continuarán trabajando por sus derechos hasta que puedan vivir plenamente con orgullo.