Mural Presencia de América Latina: 60 años de relevancia CulturaPor Gustavo Aldana Sandoval - 23 junio, 2025 Una obra que se ha convertido en parte de la identidad cultural de Concepción. Con casi 300 metros cuadrados, no solo representa siglos de historia, sino que también transmite un mensaje profundo escondido tras cada pincelada. Su relevancia puede ser llevada a más dimensiones fuera de lo artístico, ya que es fundamental para la memoria de nuestro país. Al visitar la Casa del arte José Clemente Orozco, lo primero que uno logra ver es el mural Presencia de América Latina. Pintado por el maestro mexicano Jorge González Camarena entre los años 1964 y 1965. Una pieza esencial de la colección de la Pinacoteca desde su fundación. Origen Quienes ayudaron al maestro González Camarena fueron los artistas mexicanos Salvador Almaraz, Manuel Guillén, Javier Arévalo y los chilenos Eugenio Brito y Albino Echeverría. Fotografía extraída el archivo fotográfico de la Pinacoteca. La idea de este trabajo está ligada al devastador terremoto de 1960, que azotó gravemente a Chile, especialmente a la zona centro-sur, de la cual la comuna de Concepción no fue la excepción. Debido a esto, el gobierno de México, en gesto solidario, decidió dar apoyo a la reconstrucción. Incluyendo en el convenio la donación de un mural que simbolizara la unión entre ambos países. «Es la forma en la que México democratizó un poco la cultura y la acercó a los pueblos», comenta Andrea Pérez Quiroga, profesora de arte de la Universidad de Concepción y encargada del área de educación y mediación de la Pinacoteca. Resulta curioso pensar que esta pintura no estaba considerada en un principio dentro de la estructura del museo. De hecho, se estaba considerando un techo de vidrio para el salón principal. El cual tuvo que ser negado para conservar correctamente la obra. Alegoría al continente Con la ayuda de artistas mexicanos y chilenos, Camarena logró finalizar su trabajo en menos de un año. Logrando plasmar la identidad e historia de América Latina, dividiéndola en tres conceptos principales: descubrimiento, conquista y mestizaje. Empezando desde la izquierda del mural, un sol que cae en el horizonte representa los últimos momentos de las civilizaciones prehispánicas frente a la llegada de los españoles. En el centro, una indígena y un soldado, la pareja mestiza original, observan el futuro, espectadores de todos los cambios que van a suceder. A su derecha, múltiples rostros de distintos tamaños y colores expresan la mezcla entre las civilizaciones originarias y las que llegaron de varios lugares del mundo. Al lado de estos, se encuentra sentada una mujer desnuda y fecunda, quien encarna a nuestro continente. Siendo, figurativamente, la madre de las nuevas culturas. Cuyas banderas decoran la parte superior, todas entrelazadas, un mensaje del autor que llama a la fraternidad y colaboración. Finalmente, a la derecha se puede ver un nopal cubierto de copihues, las flores nacionales de México y Chile, respectivamente. Con ello, se destaca la buena relación que tienen las dos naciones. Manteniendo la idea original: un regalo del gobierno mexicano al chileno como símbolo de hermandad. Cabe resaltar la frase enmarcada ubicada arriba de la obra: “Y no hay belleza como esta belleza de América extendida en sus infiernos, en sus cerros de piedra y poderío y en sus ríos atávicos y eternos”. Un verso extraído del poema América de Pablo Neruda, donado personalmente por él. Habla de la riqueza y diversidad del continente, tanto en su naturaleza, como en personas y cultura. Siendo un bonito toque final para complementar el mural y reafirmar su metáfora. Hago hincapié en que esta lectura es una personal y no necesariamente debe estar alineada con las de otras personas. Cada uno puede interpretarla como uno quiera y estará igualmente correcta. Recepción Es el corazón y la postal del museo, no solo por los visitantes, sino también por los que trabajan en el sitio. Más de uno se ha sorprendido cuando visita por primera vez la Pinacoteca. Samuel Quiroga Soto, curador de la colección, dijo que: «Estoy seguro que si hiciéramos una encuesta a los penquistas sobre cuál es la imagen que le viene a la gente cuando piensa en el edificio, un porcentaje bien alto diría esta obra». Jorge González Camarena nació en Guadalajara en 1908. Fue estudiante de Diego Rivera, uno de los muralistas méxicanos más importantes. Fotografía extraída el archivo fotográfico de la Pinacoteca. Se ha convertido en un símbolo de identidad para Concepción y un punto de encuentro para los que aman el arte. De hecho, uno no necesariamente debe entender sobre esta área para disfrutar de su inmensidad. Un año significativo fue 2009, cuando fue declarado Monumento Histórico Nacional. Así, afirmando su posición como un referente de nuestra cultura y haciendo un llamado a todos los chilenos a cuidarlo y conservarlo. «A raíz de la creación de este mural y el de la intendencia, se inició un movimiento fuerte de muralismo en la zona, inclusive llegando a Chillán», resaltó María Pavés Carvajal, encargada del área de conservación y restauración. Varios de estos han desaparecido con el tiempo, debido a que estaban en sitios privados, a pesar de que representaban una parte de nuestro patrimonio. Desde sus inicios, este movimiento artístico se ha usado como expresión cultural y social, por lo que es importante conservar estas instancias para que más personas la disfruten y se inspiren.