El ámbito educacional experimentó cambios drásticos gracias a la combinación de avances legislativos, metodologías pedagógicas adaptadas y herramientas innovadoras para estudiantes diagnosticados con TEA.

Hace una década era excepcional imaginarse a un profesor adaptando su mensaje para un alumno con Trastorno del Espectro Autista. Sin embargo, en la actualidad es común ver situaciones así. Esto se debe a los avances que lograron fomentar la educación inclusiva en diversos países, entre ellos Chile. Nuestro país dió un paso determinante en el año 2023 con la promulgación de la “Ley TEA”, que busca impulsar el desarrollo íntegro académico y psicosocial de estos estudiantes en los recintos educativos.

Sin embargo, la inclusión no consta solamente de abrir las puertas de los establecimientos educacionales. La inclusión debe preparar un entorno cómodo para que cada estudiante, incluyendo a quienes pertenezcan al espectro autista, aprendan a su ritmo. El salón de clases para un alumno con TEA es primordial en su educación. La manera en que se transmite la información y las diversas estrategias empleadas por los docentes deben de ser trabajadas previamente. Así, se cumple con el desarrollo íntegro de los niños y niñas en el marco de una educación de calidad.

Trastorno del Espectro Autista en la enseñanza básica y parvularia

La inclusión de estudiantes con TEA en la educación básica y parvularia requiere la implementación de estrategias pedagógicas adaptadas a sus necesidades. Bajo este contexto, el rol de los equipos de apoyo y la aplicación de herramientas visuales resultan fundamentales para garantizar el aprendizaje y la participación activa de todos los alumnos.

Paula Cortés, profesora de inglés del Colegio San Ignacio, de la comuna de San Pedro de la Paz, detalló que “los profesores y educadores de párvulo deben realizar estrategias y adecuaciones curriculares que permitan a los estudiantes con TEA aprender al mismo tiempo que los demás alumnos. Además, el diseño universal de aprendizaje determina que los profesores y personas que trabajan con estudiantes neurodivergentes y con necesidades especiales, deben considerar las habilidades y desafíos de todos los alumnos para planificar las clases”. 

Por otra parte, Andrea Castillo, fonoaudióloga del Programa de Integración Escolar (PIE) perteneciente al Liceo Politécnico Yire, de la comuna de Coihueco, explicó que “uno de los principales apoyos es mediante la vista, en mi caso utilizo tableros de anticipación visual, lo que facilita el trabajo con los estudiantes diagnosticados con el espectro autista. Esta herramienta les ayuda a comprender las actividades a realizar durante la jornada, disminuye la ansiedad y potencia su capacidad de anticipar. Esto mediante pictogramas que muestran el inicio de la actividad, cómo se desarrollará y que se debe hacer al cierre de esta”.

Trastorno del Espectro Autista en enseñanza superior

La promulgación de la Ley N° 21 545 en 2023 definió un hito. Se estableció la obligación de crear ambientes inclusivos que garanticen el ingreso, la formación, la participación, la permanencia y el egreso de estudiantes con TEA en la educación superior. De esta manera, los docentes buscan brindar las herramientas y metodologías que se adecúen a todos los estudiantes, permitiéndoles adquirir conocimientos y guiandolos en la enseñanza superior.

Felipe Puentes, estudiante de derecho de quinto año diagnosticado TEA, nos contó sobre su experiencia en la universidad, que se diferencia al entorno cerrado de un colegio o liceo. “La verdad es que es complicado principalmente del punto de vista social. Mi manera de comunicarme es distinta a la del resto y muchas veces tiendo a quedar solo. Por la parte académica, si bien no he tenido problemas con respecto a mis notas, es realmente complicado saber cómo gestionar las emociones en periodo de certámenes. Muchas veces se me dificulta expresarlas y eso se transforma en una bola de nieve”. 

Siguiendo la misma línea, Puentes explicó que “la institución le brinda todo el apoyo posible y que en momentos de problemas académicos, contactan a un psicopedagogo. Este tiene la función de analizar las tácticas de estudio que utiliza cada estudiante, ayudar en el control de la ansiedad y cómo gestionar las emociones en contextos de crisis. Sin embargo, no hay protocolos establecidos como tal. Muchas veces la flexibilidad para salir a tomar aire en medio de una clase recae en el profesor, sin embargo no todos los docentes actúan de la misma manera”. Reafirmando área educacional tuvo un notable progreso con respecto a la inclusión de estudiantes con Trastorno de Espectro Autista con respecto a la década anterior, pero aún queda por mejorar.