Cafeína, amiga a medias de estudiantes y trabajadores

Cada día, millones de personas alrededor del mundo confían en el café o las bebidas energéticas como un estimulante para mantenerse despiertos y poder sopesar altas cargas de estudio o trabajo. Pese a que estos bebestibles tienden a ser comunes en la dieta, las contraindicaciones que puede desencadenar una ingesta excesiva son peligrosas.

La cafeína es un alcaloide natural que se puede encontrar comúnmente en productos como el café, la cocoa, el té, la yerba mate, las bebidas gaseosas, las bebidas energéticas y los suplementos alimenticios. Según investigaciones del Institute of Food Technologists, en la actualidad, aproximadamente un 80% de la población mundial consume, por lo menos, un producto con cafeína al día.

Pese a que la historia sostiene que su introducción universal data de hace casi tres mil años antes de Cristo —mediante experimentos con infusiones y agua caliente llevados a cabo por el emperador chino Shennong—, no fue hasta fines del siglo XIX que las gaseosas con este ingrediente comenzaron a abrirse paso en el mercado alimenticio. Primero surgió Dr. Pepper, en 1885, después Coca-Cola, en 1892, y finalmente Pepsi, en 1898.

La popularidad de los refrescos tuvo un gran incremento durante la segunda mitad del siglo XX, dando vida a nuevos inventos, tales como bebidas energéticas y suplementos alimenticios. Sin embargo, se reconoce a los granos de café tostado como la principal fuente de este alcaloide en el planeta.

Rafael Bermúdez, dueño de la tostaduría de café Coyoacán

Rafael Bermúdez es dueño de la tostaduría de café Coyoacán, abierta al público desde hace cuatro años y ubicada en la zona céntrica de Concepción, plantea la relación entre la cafeína y el café.

“Entre menos tostados estén los granos, más cafeína lleva la taza, porque va contenida en la preparación, en los miligramos que ocupes para servirte el café. Un expresso tiene menos cafeína que un café americano, porque está más expuesto y más bañado al agua; además, es servido en una taza de tamaño considerablemente menor”.

Señala que su clientela es diversa, pero siempre ha tenido un público fijo de estudiantes, dado a la cercanía geográfica con la Universidad de Concepción y su decisión de vender el café a un precio accesible.

Fuentes oficiales respecto a la salud

· Hasta 2013, Euromonitor International señalaba que la ingesta de café en Chile, por persona, alcanzaba las 166 tazas por año, y el grano contemplaba 52% de las ventas.

· Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), una dosis que se mantenga entre 75 y 300 miligramos de cafeína puede ayudar a mejorar el rendimiento en labores físicas e intelectuales; esto equivale a tomar entre media y tres tazas de café al día. Y en el caso de los adolescentes, específicamente, no debería sobrepasar los 100 miligramos.

· Está comprobado que el consumo tiene múltiples beneficios, tales como una mayor concentración, mayor nivel de alerta, y menor sensación de sueño, pero, para que estos no se vean opacados, el consumo debe ser moderado y ponderado, puesto que los abusos pueden provocar un efecto muy contrario al deseado.

El exceso de motivación y euforia puede desencadenar, a corto plazo, nerviosismo y ansiedad. Macarena Porras, nutricionista del Hospital de la Fuerza Aérea de Chile, ubicado en Santiago, habla sobre las contraindicaciones a largo plazo.

“Es muy probable que afecte al corazón, ya que la cafeína acelera el ritmo cardíaco, por eso ocurre la sensación de mayor alerta. Enfermedades cardiovasculares, hipertensión y arritmias son los principales padecimientos posibles”.

La profesional señala, además, que el peligro yace en la adicción que van desarrollando quienes consumen productos con cafeína de manera habitual.

“Las personas sienten la necesidad de consumirla y cada vez van queriendo más, porque el efecto inicial va disminuyendo. El riesgo está en que las consecuencias negativas se mantienen y, cuando la ingesta aumenta, ellas también lo hacen”.

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