Mientras el grueso del mundo científico se desvela investigando una posible vacuna o tratamiento para la Covid-19, el orden de las prioridades parece ser distinto en nuestro país.

Para nadie es misterio que las “fórmulas mágicas” o panaceas no existen. Ya sea, para resolver las demandas sociales -que después del “estallido social” entraron con fuerza a la agenda”- o aquellas sanitarias, que se hacen visibles a través del desfile de mascarillas en las calles y las filas que coronan la entrada de supermercados, retail e incluso pequeños negocios. Esto, mientras el mundo entero se vuelca a buscar soluciones para la actual pandemia de coronavirus, algunas más exitosas que otras.

Sin embargo, llama la atención que en cuanto esto sucede, Chile decide recortar el presupuesto asignado para ciencia y tecnología, utilizando como pretexto la crisis económica mundial, a la vez que anuncia gastos millonarios en la renovación y adquisición de vehículos policiales. 

Se trata, específicamente, de 422 millones de pesos asignados por el Gobierno Regional, para la compra de 12 camionetas blindadas, que serán utilizadas por Carabineros de Chile en el Biobío. Aquí, el verdadero problema no es la importancia o irrelevancia de la seguridad ciudadana, puesto que esta es valorada de forma tácita por todo el espectro político, sino la señal política que se está entregando: ¿acaso la infraestructura de orden y seguridad es más importante que la investigación en salud? 

La pregunta, también podría hacerse de esta forma: ¿por qué los requerimientos de los funcionarios de la salud son invisibilizados y reprimidos, mientras que las inquietudes de Carabineros son oportunamente atendidas? 

Así, mientras el general Luis Humeres, jefe de la Octava Zona de Carabineros agradece públicamente el gesto, el doctor Juan Diego Maya, director de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile se lamenta por el recorte de casi 60 mil millones de pesos al desarrollo científico, fundamental para sobrellevar correctamente esta crisis, en una carta publicada por el medio digital El Mostrador.

Poner hincapié en este contraste, no busca minimizar el papel de la seguridad ciudadana, sino que ordenar las prioridades: la tarea de combatir los efectos de la pandemia recae por conocimiento y experiencia en médicos, enfermeros, personal sanitario y técnicos en enfermería, quienes no reciben presupuestos millonarios, ni menos, pomposos anuncios de las autoridades, como en el caso de Carabineros de Chile.