La carrera de las científicas constituyentes por la equidad de género

Por primera vez en la historia de la humanidad se escribirá una constitución paritaria, reconociendo el derecho a participar en igualdad de condiciones. Un hito que protagoniza nuestro país, donde la posibilidad de una nueva carta magna con perspectiva de género se alza como una gran oportunidad para las mujeres. Líderes de la ciencia a lo largo del país postulan a un escaño para la Convención e incorporar también a las ciencias y la tecnología en el clave proceso que vivirá el país.

En las últimas décadas se han podido observar grandes avances para visibilizar a las mujeres de todas las edades. Sin embargo, aún se está bastante lejos de la meta: tomaría alrededor de 100 años poder eliminar la brecha de género a nivel mundial, según el último informe que cada año publica el Foro Económico Mundial (FEM), para evaluar el progreso de la paridad en distintas materias, como participación económica, logros educativos, salud y empoderamiento político.

El mundo de las STEM (Ciencias, Tecnologías, Ingenierías y Matemáticas, por sus siglas en inglés) tampoco está exento de estas inequidades. En Chile, las matrículas en carreras profesionales y técnicas han aumentado progresivamente en los últimos años, alcanzando un 53,1% de la participación femenina en 2018. Sin embargo, las áreas más masculinizadas presentan mayores brechas, como las ciencias naturales e ingeniería. Además, en ese mismo año, las becas y los proyectos adjudicadas por CONICYT en estas áreas de investigación no superan el 25% de adjudicación femenina, según el último reporte de género de la institución.

Éstas son solo algunas de las motivaciones que movilizan a mujeres científicas a ser parte de la Convención Constitucional, para garantizar la equidad de género en espacios más académicos e incorporar a las ciencias y tecnologías en el modelo de desarrollo del país. Lideresas como Barbarita Lara (35), Adriana Bastías (41) y Mariela Núñez (43), son parte de las ocho científicas que componen la lista de candidaturas para ser constituyentes.  

En 2017, un estudio publicado en la Revista Science reveló que las niñas empiezan a verse a sí mismas como menos talentosas que los niños a partir de seis años. Fotografía de El Mostrador.

Discriminación en la academia

«Pero, lamentablemente, a las mujeres no les pagan igual, las contratan mal o creen que son más conflictivas cuando están luchando por sus derechos”.

Barbarita Lara, Ingeniera de Ejecución en Informática y candidata constituyente por el Distrito 7.

 “Cuando era chica me quería comer el mundo, sentía que no existían límites”, comenta Barbarita Lara al preguntarle sobre su niñez y el origen de su creatividad, que la llevarían más tarde a la carrera de Ingeniería de Ejecución en Informática en la Universidad Técnica Federico Santa María de Valparaíso. Fue el comienzo de un camino que la llevó a ser destacada a nivel mundial. Con numerosos reconocimientos, como la victoria en el programa “Líderes en Innovación” de la Real Academia de Ingenieros de Reino Unido y el “MIT Technology Review: Innovadores menores de 35 años LATAM”, busca ser parte de la Convención representando al Distrito 7.

A lo largo de su vida universitaria y profesional se encontró con distintos obstáculos, como el hecho de ser una de las pocas mujeres en su carrera, junto con la estigmatización por parte de algunos profesores. “Es muy extraño, porque uno asume que en ese nivel de educación no van a existir brechas. Pero, lamentablemente, a las mujeres no les pagan igual, las contratan mal o creen que son más conflictivas cuando están luchando por sus derechos”, detalló.

Adriana Bastías también es crítica respecto a la discriminación en la academia y universidades. Como docente y científica, ha podido observar de cerca los casos de abusos en estos espacios, por lo que la Red de Investigadoras -asociación de la cual es presidenta hace dos años- envió en 2018 el proyecto que crea la “Ley de Acoso Sexual en la Educación Superior”, actualmente en su tercer trámite constitucional.

La especialista en genómica y biotecnología afirma que eliminar las brechas que existen para la mujer definitivamente son sus “luchas de vida”, y agrega que “pensar en una Constitución con perspectiva de género, donde se le dé a la constitución un mandato conectado para que todas sus políticas públicas sean con este enfoque, es una prioridad”. La candidata también aboga por el reconocimiento de los trabajos no remunerados, los distintos tipos de familia y vivir una vida sin violencia, buscando representar al Distrito 16.

La nueva Constitución que tendrá Chile será la primera en el mundo en ser redactada con paridad de género. Fotografía de Radio Universidad de Chile.

Un Chile más resiliente

“El hecho de que la toma de decisiones debe basarse en la ciencia no debe pasar solamente por voluntades políticas».

Mariela Núñez, doctora en Ecología y candidata constituyente por el Distrito 26.

La directora de la Estación Biológica Senda Darwin e investigadora del Instituto Ecología y Biodiversidad (IEB), Mariela Núñez, reconoce la brecha existente en el mundo de la ciencia, pero afirma que “el trabajo que uno va realizando va dando frutos, aunque que es mucho más difícil para las mujeres”.

La doctora en Ecología y candidata constituyente por el Distrito 26 enfatiza en el importante rol de la ciencia en las políticas públicas y su materialización en la nueva carta magna. “El hecho de que la toma de decisiones debe basarse en la ciencia no debe pasar solamente por voluntades políticas. La información científica debe ser el pilar fundamental para poder tomar las decisiones en materia medioambiental y en distintos otros aspectos”, detalla Núñez.

Incluir las ciencias y tecnologías en los modelos de desarrollo que implementará el país para ecosistemas más resilientes es un punto en el que Barbarita y Adriana también coinciden. Grandes científicas son hoy parte de este proceso gracias a la imposición de la paridad de género, donde las demandas del mundo académico y medioambiental se yuxtaponen con las exigencias del mundo feminista, para la creación de una nueva constitución, que se convierte en un punto de partida para la construcción de un país menos desigual.

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