Crónica de una reacción descontrolada

A medida que avanza el tiempo, y cuando las personas se acostumbran a lo instantáneo, surgen reacciones que no siempre se miden de la manera adecuada. A veces se tiende a actuar antes de pensar y se ataca -o desahoga- con quién no tiene culpa alguna.

Los equipos médicos de todo el territorio nacional, sumados a los del mundo entero, se han visto colapsados, estresados y cansados por la pandemia de la COVID-19. La razón es visible por todos y nadie puede decir que desconoce aquella realidad. Sean técnicos en enfermería o médicos especialistas, la presión y exigencia durante el último año y medio ha sido aterradora. Incluso algunos han decidido someterse a tratamientos psiquiátricos debido a las vivencias en los pasillos de los hospitales, unidades de cuidados intensivos o consultorios.

Aquello se menciona -o se recuerda- debido a lo que vivieron algunos trabajadores de la salud en el Hospital Clínico Herminda Martín de Chillán el pasado 25 de marzo. Aquel día, dos funcionarios del SAMU -un chofer y un paramédico- que se encontraban en la sala de espera de Urgencia, los que fueron agredidos con puños y pies desatando lesiones y perplejidad de los presentes. La noticia se masificó rápidamente generando apoyo hacia los afectados y el anuncio de querellas para los responsables por parte del Servicio de Salud Ñuble (SSÑ).

El hecho ocurrió al interior del sector de Urgencia en donde, las personas que se encontraban esperando atención, intervinieron para poder detener a los agresores. Fotografía: Hospital Clínico Herminda Martín.

“En la parte psicológica está mal”

El director del SSÑ, Ricardo Sánchez, mencionó que es “lamentable que sucedan situaciones así con nuestro personal de la salud”, mientras ratifica que se hicieron presentes con una querella “que está admisible y presentada”. Además, él espera que la justicia funcione sobre todo tras la promulgación de la Ley Consultorio Seguro, que sanciona a quienes agreden a los trabajadores de esta área.

Por otro lado, desde la FENATS Unitaria Hospital Clínico Herminda Martín, a través de su vicepresidenta Érika González, repudiaron las agresiones ocurridas. Ella asegura que “hemos estado en contacto con nuestro socio que es el chofer del SAMU, quien en la parte física se encuentra en mejores condiciones, pero en la parte psicológica está mal”.

Recuerda que este suceso nace tras la llegada de una paciente con su familia a la unidad de Urgencia, los que habrían solicitado una ambulancia que no asistió al domicilio. Ellos al observar un móvil estacionado con sus respectivos trabajadores esperando atención, les comenzaron a gritar sobre el por qué no asistieron a su llamado, desatándose posteriormente lo que es observable en las grabaciones masivamente difundidas.

Servicio de Urgencia espera crecer más tras la finalización de las obras de construcción del nuevo hospital regional de Ñuble. Fotografía: Región de Ñuble.

Érika reconoce que “el servicio de Urgencia no ha crecido mucho físicamente comparado con el crecimiento de la población de Ñuble”, mientras que también realiza un enérgico llamado a las personas. “Si ven ambulancias afuera (del hospital) no es porque estén sin hacer nada, sino están en espera de ser atendidos o con un traslado”.

Repudio Generalizado

Desde todos los sectores han repudiado totalmente lo sucedido, desde los altos cargos políticos y de seguridad, hasta ciudadanos que se dirigen cuando lo necesitan al centro asistencial. Felipe Diaz Alarcón es una de las personas que en más de alguna ocasión ha estado en Urgencia. Él asegura que es entendible que las personas se desesperen, pero afirma que lo sucedido “es lamentable”. Además, menciona que “puede haber un diálogo para conversar, pero no a golpes, menos con la gente que hoy en día está arriesgando su salud y la de su familia”.

Palabras que comparte Myriam Ovalle, catalogando el hecho como brutal. Ella incluso va más allá y asegura que “tenemos un problema de sociedad donde la falta de respeto está a la orden del día”. Además, en su reflexión menciona que “no hubo respeto ni siquiera por la persona que estaba en la camilla”, instancia en la que se pregunta “¿por qué (él) tenía que ser agredido?”, cerrando su idea con un rotundo “no, (como individuos) estamos mal”.

Éstos son hechos que conmocionan a la sociedad y los une por una causa común. Con las muestras de afecto y apoyo que han recibido los funcionarios y funcionarias de la salud, queda de manifiesto que su labor siempre ha sido importante, sobre todo en el complejo panorama sanitario actual. Es necesario que la sociedad valore y cuide a los que se transformaron en su primera línea. No se puede permitir el continuar restando personal cuando muchos se han contagiado o incluso han fallecido. Es casi una obligación el respetar, sobre todo cuando -al observar la definición de la Real Academia Española- se aprecia que el significado de esta palabra tiene mucha relevancia: veneración que se hace a alguien. Acto que hoy sería poco para todo lo que se merecen.

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