Laguna Avendaño: el camino al primer humedal urbano del Ñuble

Perder el hogar de cientos de especies. Esa era la constante preocupación de los habitantes de Quillón quienes no querían ver al ecosistema de la laguna Avendaño morir. Por lo mismo, tomaron un largo camino para salvar la biodiversidad y generar un cambio significativo que lograría convertir a la laguna en el primer humedal urbano de la Región del Ñuble.

Ubicada en la cuenca del río Itata, el hogar de decenas de especies es reconocido por varias historias que hacen que sus habitantes quieran protegerlo. Desde la particularidad de su superficie que, vista de forma aérea, tiene forma de ballena hasta leyendas que circulan por la comunidad. Son múltiples las razones que llevaron al Municipio de Quillón a generar planes estratégicos cuyo objetivo siempre fue: cuidar el ecosistema de la laguna Avendaño.

Un proceso que inició el 23 de julio de 2020 mediante denuncias del movimiento ecologista “Quillón Verde” debido a un «daño» al medioambiente por la construcción de viviendas en la rivera de la laguna. “Nos interesa que nuestra laguna esté protegida y así también la flora y fauna que habita”, comentó el alcalde de Quillón, Miguel Peña para Biobiochile.cl. Donde también agregó que existía un “movimiento de tierras” que no correspondía por parte de la inmobiliaria.

Asimismo es que la construcción tuvo que ser paralizada y, al mismo tiempo, iniciaría el proceso para mejorar las políticas existentes alrededor de la laguna Avendaño. Entre ellas, el 4 de enero, la Municipalidad de Quillón interpuso una ordenanza municipal que prohíbe embarcaciones motorizadas para frenar la contaminación en las aguas.

En ese sentido, los vehículos con motores de combustión en base a combustibles no podrán funcionar, a excepción de las lanchas relacionadas con el turismo.

Embarcación en la laguna. Créditos a Yisela Riquelme.

“Como agrupación estamos contentos, es una laguna muy pequeña para tanta embarcación. Nos alegra saber que al fin alguien tomó cartas en el asunto”, declaró Ignacio Lagos, presidente de la agrupación “Quillón Verde” para La Discusión.

La exposición a la contaminación

En paralelo a la mesa de trabajo, la Dirección General de Aguas realizó una investigación para aclarar denuncias ciudadanas respecto a anomalías en la calidad del agua. Esto debido a altas concentraciones de “manchas negras” que, según locatarios, se podría tratar de descargas de petróleo en varios puntos del balneario lacustre.

Es así como la institución investigadora desestimó dicha hipótesis y declaró que se trataba de altas concentraciones de clorofila y algas en la laguna. Así lo precisó Waldo Lama, director de la DGA en el Ñuble, para Cooperativa donde afirmó que no había de qué preocuparse. Sumado a las temperaturas del agua, “se cumplían las condiciones para que se generara una proliferación de materia orgánica”, afirmó.

Muestra de algas en laguna Avendaño. Créditos a Ñuble Digital.

Acumulación que podría generar un daño para los organismos y a las personas, puesto que la presencia de microalgas tóxicas genera problemas de salud. Sin embargo, existe la dicotomía entre los efectos negativos y positivos que producen las algas en el ecosistema. Para conocer un poco más sobre esto, te invitamos a ver el video “¿Qué pasaría si las algas se apoderan de los océanos?”.

Para el equipo de trabajo que busca salvar la laguna de la contaminación, era de esperar que existirían grupos en contra de las restricciones. Fue en marzo de este año cuando 70 vecinos de Quillón presentaron un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones para inhabilitar la ordenanza que prohíbe el uso de vehículos motorizados en la laguna. No obstante, el 18 de junio la Corte ratificó la prohibición, ya que cumple con resguardar los derechos de las personas.

El poder de los humedales para el ecosistema

Entonces, ¿por qué se quiere convertir la laguna Avendaño en un humedal? Según reportes de la agrupación “Quillón Verde” -actualmente- habitan 58 especies de aves, anfibios, coipos y peces. Una biodiversidad que podría verse afectada con daños irreversibles si no se respeta adecuadamente el entorno. 

Vista panorámica de la laguna. Créditos a Sernatur.

“Aquí hay un humedal importante que, por no estar declarado como tal, estaba siendo rellenado (…) podría afectar a especies de insectos, mamíferos y todo lo que habita allí”, señaló Ignacio Lagos para La Discusión

Esa fue la misma convicción del movimiento ecologista “El bajo en comunidad” de la ciudad de Talca, cuyo fin era reconocer al río Claro como humedal urbano, dado que coincidía con todas las características para serlo. “Hicimos trabajo en terreno para determinar en qué lugares aún existen condiciones que definen este espacio como humedal (…) al serlo y al estar dentro del perímetro urbano es un espacio que puede ser protegido”, señaló Daniel Florín, miembro de la agrupación, para Tiempo Real.

De esta forma y en virtud de la Ley 21.202, cuyo objetivo es reconocer los criterios mínimos para la sustentabilidad de los humedales urbanos, el paso fundamental del movimiento era declarar la laguna Avendaño como tal para su preservación en el ecosistema. Ahora queda esperar un plazo de seis meses para que el Ministerio del Medio Ambiente lo declare como el primer humedal del Ñuble.

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