La reinvención de «La ciudad de la greda» en pandemia

El pueblo de Pomaire es reconocido a nivel nacional por su historia, sus artesanías en greda y su alto impacto gastronómico. Con la llegada del coronavirus y las largas cuarentenas en la comuna de Melipilla, «La ciudad de la greda» se vio obligada a cerrar las puertas de sus locales comerciales con el fin de proteger a sus trabajadores y locatarios del contagio de covid-19.

A 60 kilómetros de la ciudad de Santiago de Chile, en la provincia de Melipilla, se encuentra Pomaire, un pueblo con cerca de diez mil habitantes y que se ha hecho conocido por su alfarería, siendo un polo de atracción turística por el valor inigualable de sus artesanías en greda, siendo este el principal sustento de la mayoría de sus habitantes.

Esta pequeña aldea ha sido reconocida a nivel nacional e internacional por sus milenarias técnicas de artesanía en arcilla roja, entre las cuales destacan las famosas pailas, fuentes, jarros y las alcancías en forma de cerdo con tres patas. También, es importante recalcar los niveles de gastronomía que posee la ciudad con las renombradas empanadas de kilo y el pastel de choclo servido en una paila de greda.

La ciudad se sustenta gracias al turismo, el cual hoy se encuentra paralizado por la pandemia, dejando a las personas sin recursos. Las calles que solían estar ocupadas por turistas, hoy lucen completamente vacías. En la actualidad, la comunidad pomairina enfrenta su momento más difícil, puesto que sus locatarios y trabajadores, a causa del covid-19, se ven imposibilitados de generar ingresos para vivir.

Turistas recorriendo Pomaire. Foto de: Santiago Tours

Con la consecuente dificultad para abastecerse de alimentos e insumos básicos, sumado a que los artesanos no cuentan con la materia prima para abastecer su stock de artesanías, los pobladores no piden que lleguen turistas, ya que con ellos podría entrar el coronavirus al pueblo; lo que desean es que las entidades gubernamentales se hagan cargo de la situación para evitar que más de mil familias pasen hambre por la contingencia.

Con las cuarentenas y los aforos reducidos, Pomaire se ha transformado en un pueblo fantasma. Además, sus locatarios comentan que no han recibido ayuda de parte del gobierno para salir adelante en medio de este difícil panorama. Sin embargo, un grupo de estudiantes de ingeniería en la Universidad del Desarrollo, hizo una rifa y una colecta solidaria bajo el nombre de “Pomaire Ahora”, el cual propone ser un espacio donde incentivar una comunidad de conocimiento, revalorizar la artesanía local y generar un movimiento de colaboración, con el fin de ayudar a los artesanos y trabajadores. Hasta el momento, es la única organización que ha velado por el bien de los pomairinos.

Los nuevos desafíos de los locatarios

La familia de artesanos del “Taller Barros», Rodrigo y Alejandra Veliz, han dedicado gran parte de su vida a trabajar con la greda, pero de una manera diferente e innovadora, jugando con los diseños en la arcilla, dándole un plus a los productos que fabrican. Alejandra comenta que ha sido un amplio proceso de aprendizaje: “Hemos nacido y crecido en Pomaire, nuestros padres son alfareros y cuando nos independizamos comenzamos a hacer nuestro propio taller, mejorando técnicas y calidad por cerca de 15 años. Hacemos diseños personalizados, con la pandemia nos llegaron muchos pedidos de pymes y con eso nos ha ido súper bien”.

Productos fabricados por Taller Barros Pomaire. Foto de: @tallerbarros.pomaire en Facebook.

Por otra parte, esta familia de artesanos se ha visto afectada por el covid-19, al igual que muchos de sus colegas. Sin embargo, Rodrigo Veliz menciona que los cambios de fases en la comuna de Melipilla le han permitido a la familia Veliz reabrir su negocio y realizar taller de alfarería para que los antiguos conocimientos del arte en arcilla se compartan por las nuevas generaciones: “Nos afectó mucho la falta de contacto con la gente. Como Melipilla pasó a fase 3, esto nos permite volver a realizar los talleres con un aforo permitido de personas y respetando todas las medidas sanitarias, y todo esto con el fin de que la gente conozca, se interiorice y valore el trabajo de la greda y, con ello, a todos los alfareros de Chile”.

En cuanto al rubro gastronómico, la ciudad de la greda también se ha visto fuertemente afectada. Así describe la situación una de las trabajadoras del emblemático restaurante “Las tinajas de Pomaire”, Monserrat Cáceres, quien lamenta que el pueblo haya perdido parte de su esencia por la llegada del virus: “No anda nadie en las calles, todos los locales están cerrados, por lo menos en el restaurante trabajamos con servicio de delivery y eso nos ha ayudado a seguir funcionando, pero definitivamente no es lo mismo que antes cuando no había pandemia”.

Frontis del restaurante «Las tinajas de Pomaire».
Gentileza: @lastinajasdepomaire en Facebook

Con el paso del tiempo, las vacunas y los cambios de fase, la ciudad de la greda se encuentra en proceso de reactivación y cumpliendo con todas las medidas sanitarias con el fin de volver a recibir a los miles de turistas que llegan hasta Pomaire para disfrutar del ambiente campestre, la comida y la artesanía.

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