Yo Soy Sam: un filme como ningún otro

Como una montaña rusa, Yo Soy Sam nos sumerge en un sinfín de emociones. Con actuaciones soberbias, y un soundtrack excelente e inolvidable, es una película que todo cinéfilo debería ver, al menos una vez.

“No sabes lo que es intentarlo e intentarlo, una y otra vez, y no conseguirlo nunca”. ¿Te has sentido así alguna vez? Definitivamente, el mundo es un lugar difícil para vivir. Y lo es aún más, cuando tú eres tu propia limitación. Esa es la realidad de Sam.

Mediante una prodigiosa actuación, Sean Penn da vida a Sam Dawson: un fan de The Beatles, con la capacidad mental de un niño de siete años, que se convierte en padre soltero de una niña. Al verla, hipnotizado, decide llamarla Lucy (Dakota Fanning), como una de sus canciones favoritas: Lucy in The Sky With Diamonds.

El filme nos permite acompañarlo en el complejo mundo de la paternidad, que él disfruta en su encantadora inocencia. Con el pasar de los años, ambos logran construir una hermosa y sensible relación. Pero la trama da un vuelco cuando Lucy es arrancada de los brazos de su padre. El retraso mental de Sam, que desemboca en un evidente deterioro cognitivo, junto a una serie de malentendidos que solo complican más las cosas, hacen explotar una bomba judicial. Así, incomprendido y desesperado, se encuentra solo frente a los jueces de la sociedad. Y será Rita, una desalmada abogada interpretada por Michelle Pfeiffer, la única que puede ayudarlo.

Las referencias a The Beatles están de manera explícita a lo largo de toda la película. / Créditos: CinemaGene.

El trabajo de Penn es impecable. Definitivamente una de sus mejores interpretaciones en su carrera. En un personaje donde es muy fácil hacer el ridículo y exagerar, él logró cargar a Sam de humanidad y dotarlo de dignidad; muy parecido a lo que logró Tom Hanks con Forrest Gump. Además, a lo largo de su trayectoria, ha mostrado una propensión a elegir proyectos muy diferentes entre sí, dando señales de ser un actor tan versátil como talentoso. Razón tenía Tom Cruise cuando aseguró que Penn era el que tenía más talento de toda aquella generación de actores que surgió del Rebeldes de Coppola.

Y la guinda de la torta es el soundtrack; es una delicia escuchar las grandes canciones de The Beatles versionadas de una manera tan acertada como lo logran Eddie Vedder, Sarah McLachlan y Aimee Mann, junto a la excelente banda sonora. Todo, en perfecta armonía, es eclipsado por el propio protagonista, que contextualiza su mundo alrededor de sus canciones favoritas.

Yo Soy Sam, es una película hecha para sentir. Un drama que no deja indiferente a nadie, llena de emociones y que refleja la pureza del motor que mueve al mundo: el amor.

Top