Percepción de inseguridad: la deliberada influencia de los noticiarios en las personas

Chile el último año ha sido aparentemente azotado por una fuerte ola de violencia y delincuencia. Sin embargo, ¿es tan así? ¿Existe el peligro que muestra la televisión diariamente? ¿O es una realidad exagerada a conveniencia de grandes poderes?

Por Pedro Henríquez y Marcelo Sotomayor

El país ha atravesado una serie de hechos que han puesto en movimiento a la población. El regreso a una nueva normalidad luego de dos años de pandemia, la llegada de un nuevo presidente a La Moneda y el triunfo del rechazo en el plebiscito de salida por una nueva constitución son algunas de las cosas que han mantenido atentas a las personas sobre lo que sucede a su alrededor. No obstante, si hay algo que parece haberse apoderado de ellas, es el miedo.

Un ciudadano o ciudadana común y corriente que se levanta a primera hora de la mañana al trabajo, los estudios o preocuparse de los suyos, lo primero que ve en televisión o redes sociales es probablemente la noticia de una nueva encerrona, la muerte de una joven que ha muerto asesinada tras ser asaltada o el robo a una casa ubicada en algún barrio alto. Bajo ese contexto, todo parece indicar que se vive en un lugar donde salir a la calle es un desafío que pone en riesgo la vida de todos, pero para sorpresa de muchos la realidad es bastante menos terrible que esto.

Una población aterrada

Una de las tendencias más claras que ha habido a nivel nacional es un aumento desmesurado en la sensación de inseguridad. En el informe mensual de la empresa Ipsos “Preocupaciones del Mundo” se determinó que Chile es el país con mayor inquietud por el delito y crimen en el planeta. El informe recopiló la percepción de 19 mil personas de 27 países sobre diversos temas que pueden causar inquietud. En la versión publicada en octubre se listó a la delincuencia como la mayor causa de preocupación, con el 64 % de los casos en Chile, superando a otros como Perú con 56 %, Sudáfrica con 54 % y también Suecia con un 53 %, además de alejarse mucho del promedio a nivel mundial que alcanza al 26 % de las personas.

Por otra parte, el Índice 2022 de la fundación Paz Ciudadana indica que en el 32 % de los hogares chilenos algún miembro ha sido víctima de algún delito, cifra que no se aleja mucho de los años anteriores, siendo incluso la tercera más baja en los últimos 20 años. Sin embargo, esto no se condice con las acciones de las personas, pues un 59 % de los encuestados afirma haber aumentado la seguridad de su casa, un 71 % que ha dejado de salir a ciertas horas y un 75 % que ha dejado de ir a ciertos lugares para prevenir ser víctima de la delincuencia.

En la encuesta de Paz Ciudadana se determinó que el 28 % de los encuestados tiene un nivel de “temor alto”, siendo la cifra más alta en 22 años. Créditos: emol.cl.

El crimen organizado, narcotráfico y homicidios son, sin duda, los delitos que más miedo provocan en los chilenos. Este es un factor relevante a la hora de entender esta alza, pues pese a que los delitos han aumentado en los últimos años, no lo han hecho lo suficiente para provocar tal subida. Lo cierto es que lo que más ha aumentado es la violencia en los delitos, creando un ambiente que ha hecho mella en la conciencia colectiva.

Los delitos violentos calan hondo en las personas

Según indica la Jefatura Nacional de Delitos Contra las Personas de la PDI, hasta julio de 2022 se registraron 413 homicidios, un aumento del 21 % con respecto al mismo periodo del año anterior. Llamando además la atención que cerca del 60 % de los homicidios se realizaron utilizando armas de fuego.

Pese a esto, hay que recordar que en 2021, Chile se posicionó como el país con menor cantidad de este tipo de delitos de América Latina. Como explica el Balance Anual de Homicidios de 2021 de la organización Insight Crime, Chile mantiene una tasa de 3,6 homicidios por cada 100 mil habitantes, estando por debajo de Perú, Nicaragua y Uruguay. Esto está muy alejado de los 49,4 homicidios que registra Jamaica y los 40,9 de Venezuela.

Como explicó el subprefecto Jorge Abatte, jefe de la Brigada de Homicidios Metropolitana Sur, para La Tercera, desde la década pasada hasta ahora se ha desarrollado una transformación en los delitos de homicidio, pues anteriormente era mucho más común que estos se llevasen a cabo debido a riñas y al consumo de alcohol, siendo mayoritario el uso de armas blancas. En comparación, ahora ha surgido la figura del “ajuste de cuentas”, donde priman las armas de fuego y muchas veces se producen a plena luz del día, produciendo un impacto mayor en la población.

Pie de foto: Según la PDI, la cantidad de víctimas de delitos violentos superó a las del año pasado en 10 de las 16 regiones, siendo esto una constante en todas las ubicadas entre la Región Metropolitana hasta la de Arica y Parinacota.

Esto es una tendencia que se vive a nivel país, por lo que también se ha visto a nivel local en la Región del Biobío. La directora de Seguridad Pública Municipal de Concepción, Daisy Cárdenas, mencionó que “si comparamos los delitos de 2022 con los de 2019, se evidencia que los hechos delictivos se mantienen mayoritariamente a la baja. Lo que sí podemos consignar es que hoy nos enfrentamos a delitos más violentos que, si bien no son fenómenos delictuales instaurados en la comuna, generan un mayor impacto en la ciudadanía como es el caso de los portonazos o algunos homicidios”.

No obstante, en cuanto a estadísticas del delito, Cárdenas mencionó que durante el Consejo de Seguridad efectuado la semana pasada se determinó que en Concepción “hay un descenso de un 5,1 % en delitos contra la propiedad, un 11 % en el robo en bienes nacionales de uso público y un 19 % en vehículos motorizados, estos dos últimos son los que se han ido abordando con más fuerza, pues han estado más presentes”.

Pie de foto: Entre el 2018 y el 2021, el 93,4 % de los casos investigados por la PDI corresponden a homicidios.

La clara pero en realidad borrosa realidad tras la pantalla

Entonces, si existen estas cifras, ¿por qué la población prefiere dejarse llevar por lo que ve en las noticias? Es sabido que desde que se creó la televisión esta ha tenido un lugar clave en las personas, tanto como herramienta de entretención, así también como herramienta para influir en los televidentes, a veces de forma positiva, pero en muchos otros casos, de manera negativa.

Hoy, en una sociedad donde la información es tan instantánea y cualquiera puede entregarla y manipularla, el riesgo de dejarse llevar por las noticias que se consumen parece ser una tónica. Ahí es cuando los medios están llamados a filtrar y construir frames fidedignos de la realidad. Sin embargo, existen intereses económicos y sociopolíticos que, al menos en las grandes cadenas, han llegado a convertir a la TV algo tan manipulable como las redes sociales.

Así, por ejemplo, la cobertura de lo que ocurre con el Tren de Aragua o el conflicto mapuche han llevado a que las personas extrapolen lo que sucede en esos lugares a sus propias vidas. La violencia de esos dos casos particulares existe, pero llevan a que otro tipo de violencias se escondan bajo la alfombra.

Una de las cosas que explica Adhara Fuentealba, socióloga de la Universidad de Concepción, es que este tipo de cadenas noticiosas que se van actualizando terminan anulando la cobertura e importancia que tiene la violencia cotidiana: “Si una persona se detuviera a observar a su alrededor, no solo se daría cuenta de que los medios están seleccionando la información deliberadamente, sino también vería que hay un tipo de violencia que está aún más presente que lo visto en televisión, pero que es solucionable”.

“Hay gente que no es realmente consciente de que está siendo violentada, por lo tanto no saben cómo afrontarla”, agrega.

De esa forma, podemos determinar que la evolución de la violencia y los delitos han creado una imagen y una huella muy profunda en la sociedad chilena. Métodos que antes eran desconocidos, ahora son parte de la vida diaria de las personas, pues se han visto reflejados y magnificados por los medios de comunicación, logrando que la población se haga una imagen verídica pero muy deformada de la realidad que hoy se vive de norte a sur. De esa forma es importante reevaluar el rol de los medios en la sociedad y cómo se realizan las coberturas de los temas que más aquejan a la nación.

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