Según un estudio realizado por MORI en 2023, el 36 % de los chilenos piensa que el 11 de septiembre liberó al país del marxismo. Han pasado 34 años desde que la nación volvió a la democracia y esta cifra es la más alta que se ha registrado en torno a la aprobación de la dictadura. 

Recientemente, se conmemoraron los 51 años del golpe de Estado que derrocó al gobierno de Salvador Allende. Pinochet y sus secuaces torturaron, persiguieron y mataron a niños, jóvenes y adultos. Según el Museo de la Memoria, 2123 personas murieron y hasta la fecha hay 1093 desaparecidas. Por otro lado, de acuerdo con la Escuela de Salud Pública, en promedio se asesinaron o se hicieron desaparecer a 195 anualmente, 16 al mes y una cada dos días.

Si hoy los políticos, sobre todo los de derecha, se espantan por los crímenes y la delincuencia, tratando de ganar votos a través de prácticas populistas, también deberían conmoverse con estas lamentables cifras. Sin embargo, no lo hacen, porque son los pioneros del negacionismo.  

¿Cómo pueden decir que en la dictadura no se violaron los derechos humanos? Provocan daño las palabras de estas personas que niegan lo que ocurrió durante 17 años en el país. Menoscaban la imagen de todos los muertos y siembran ignorancia en la sociedad.

La relación entre el negacionismo y la derecha

Marta Lagos, directora de MORI, declaró que quienes están a favor de Pinochet son los que votan por políticos de derecha. Esto revela una serie de errores cometidos por diferentes actores y entidades. Los medios de comunicación son parte de este problema, ya que no han informado correctamente sobre lo sucedido y además les brindan espacios a personas que avalan los crímenes y relativizan la dictadura.

Para ayudar a la democracia, debería ser ilegal el negacionismo en Chile. Es sumamente necesario y urgente, porque hoy la imagen de Pinochet es fuerte en el país y esto representa un peligro.

Nosotros, como medio de comunicación, cumplimos un rol importante en develar la verdad. En realidad, el compromiso es mayor, el periodismo chileno debe ser responsable con la población. Tenemos que mantener a la sociedad informada para que prevalezca la memoria y la democracia.

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