Ser VIH positivo en tiempos modernos

VIH

Una realidad muy común y palpable que, a pesar de provocar miedo en muchos, actualmente tiene métodos efectivos para combatirla y tener una vida plena.

Décadas atrás, en aquellos tiempos donde apenas existía información y conocimiento acerca de las infecciones de transmisión sexual, el estigma reinaba en la sociedad, provocando marginalización, desinformación y un total descuido sobre todo lo relacionado con la salud reproductiva. Pero, actualmente, con el pasar de los años y el desarrollo del progresismo, el tabú ha ido desapareciendo, abriendo paso a la obtención de nueva y valiosa información, ampliando el conocimiento general de la sociedad con respecto a este asunto y mejorando notoriamente la calidad de vida de aquellos que se ven afectados, especialmente por el VIH.

En Chile al año 2022 había 5.401 personas contabilizadas como nuevos casos positivos confirmados y entre el 2010 y el 2022 (por mes y año); los nuevos casos sumaban 61.226 casos confirmados.
Fotografía de Santo Tomás en Línea.

El virus de la inmunodeficiencia humana es un padecimiento crónico que ataca directamente al sistema inmunológico del paciente, más específicamente a las células CD4, las cuales son esenciales para combatir los gérmenes y bacterias del exterior. Esta infección se transmite a través de algunos fluidos corporales, como lo son el semen, los fluidos vaginales, la sangre, e incluso la leche materna, esto sucede principalmente cuando se llevan a cabo relaciones sexuales sin ningún tipo de protección, es decir, sin usar condones masculinos o femeninos. También se traspasa mediante el uso compartido de agujas, o de madre a hijo durante el parto o lactancia. Cabe aclarar que no se transmite por medio de la saliva, el sudor o el contacto físico casual.

Es importante que todo aquel que sea portador del virus se trate regularmente con un médico correspondiente, puesto que, de no ser este el caso, el VIH va a debilitar mucho el cuerpo, haciéndolo propenso a contraer enfermedades e infecciones graves, culminando en la última etapa del desarrollo de este padecimiento, la cual se conoce como sida (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) y es la más peligrosa.

El profesional de la salud mental, al que conoceremos como “Juan”, es un hombre de 33 años que fue diagnosticado con VIH positivo hace tres años. Él cuenta que el recibir esta noticia fue un golpe muy bajo para sí mismo, no entendía el cómo ni cuándo sucedió, tampoco sabía qué hacer al respecto ni cómo abordar su nueva vida. “Mi mundo dio vuelta en 180 grados, estaba aterrado y me sentía muy culpable por eso. Crecí con muy poca educación sexual al venir de un entorno familiar superconservador y religioso, por ende me costó afrontar mi realidad”, relata.

A pesar de lo mucho que se vio afectado al inicio, concluye que, con el apoyo de gente de su confianza y ayuda médica, logró salir adelante y ganarle al estigma y la infección, llevando hoy en día una vida tranquila y saludable. “Estoy orgulloso de mí y mi progreso, si hace tres años me hubiesen dicho que hoy estaría viviendo plenamente, no me lo creería. El día que comencé mi terapia fue el día que salvé mi vida”, expresa.

El Día Mundial del Sida se celebra el 1 de diciembre desde 1988 y fue proclamado por la Organización Mundial de la Salud en ese mismo año.
Fotografía de Mi Salud en Línea.

Es cierto que el VIH no tiene cura, pero hoy en día hay medicación para mantener la infección en un estado de indetectabilidad e intransmisibilidad. El dermatólogo con especialidad en venereología, Gabriel Aedo, comenta que existen tratamientos antirretrovirales (TAR) que permiten que todo paciente tenga una vida larga y saludable como absolutamente cualquier otra persona. “El objetivo de la terapia es reducir la cantidad de virus en el cuerpo hasta llegar a niveles donde no se puede detectar y, por consiguiente, tampoco contagiar. Además de permitir que el paciente mantenga un sistema inmunológico fuerte, evitando que pueda ser víctima de enfermedades oportunistas que aprovechan el debilitamiento para atacar”, explica.

Además, señala que la eficacia del tratamiento está estrictamente ligada a la constancia y responsabilidad de la persona, ya que estas terapias consisten en tomarse una pastilla diaria a un horario determinado y realizarse controles periódicamente. “Si no se sigue al pie de la letra las instrucciones que son dadas por el profesional con el que se atiende, se corre el riesgo de que la medicación no surta efecto como debería e incluso el virus podría desarrollar resistencia a esta”, declara.

El estudiante universitario de 25 años, al que llamaremos “Pedro”, acaba de cumplir un año desde su diagnóstico de VIH y el inicio de su tratamiento. Él cuenta que desde el primer día que le entregaron sus pastillas no ha habido ni una sola ocasión donde no haya tomado su medicación al horario correspondiente y que esto ha sido la clave para que su vida continúe con la misma normalidad de siempre. “Siempre entendí que mi futuro dependía de mi constancia, así que me propuse jamás ser irresponsable con mi terapia y así me he mantenido. Pude haberme estancado en el estigma y dejar que el virus me comiese vivo, pero con la medicina actual eso ya no es una opción”, relata.

La realidad es que, a pesar de que aún queda estigma por eliminar, el panorama es cada vez más esperanzador para quienes viven con VIH. Se logró convertir una infección mortal en un padecimiento controlable y se aspira a descubrir una cura definitiva algún día.

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Ian Morales
Estudiante de Periodismo UdeC
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