Shingeki no Kyojin, una historia que no buscaba héroes

Shingeki no Kyojin no solo logró redefinir los animes de acción, sino también nos entregó una historia cruda y llena de giros argumentales digna de admirar. De la mano, con una animación espectacular, la serie logra atrapar al espectador con una propuesta interesante y algo violenta.

Una «declaración de guerra», créditos MAPPA.

Cuando Shingeki no Kyojin salió a la luz en 2013, pocos vaticinaron que se convertiría en una de las series más vistas de la animación japonesa. Con su cruel argumento, un mundo apocalíptico donde la humanidad está al borde del olvido y una animación digna de admirar, la serie logra atrapar al espectador desde el primer capítulo.   

Uno de los éxitos más grandes del anime es su evolución narrativa. La lucha y desesperación que quedan en los personajes capítulo a capítulo y donde las víctimas se convierten en victimarios por sus ansias de libertad.

Una narrativa en constante evolución

Desde el inicio de la serie, Shingeki no Kyojin nos presentó una idea visionaria, mostrándonos que este anime no sería uno convencional. A diferencia de otras series del género, no nos mostro un héroe invencible ni un enemigo obvio. Lo que el mangaka Hajime Isayama logró crear fue una historia desordenada y con personajes en constante evolución, quienes deben tomar decisiones difíciles y abandonar sus principios por sus nuevos ideales.  

Lo que comenzó como una obra de supervivencia y sed de venganza se convierte, con una velocidad abismal, en una trama política, de guerra y de evolución entre los personajes. Eren Jaeger, el protagonista de la serie, pasa a ser un personaje moral y furioso al antagonista de la obra, con motivaciones cuestionables y decisiones que rozan la inhumanidad.

Fan Art que representa la dualidad entre titan y personaje, créditos ルシアン

Una animación impecable

Los estudios de animación Wit Studio y MAPPA hicieron un trabajo espectacular, cambiando la ambientación de los capítulos. Los hermosos paisajes que vimos al empezar la serie, son remplazos por escenas caóticas y violentas. 

Si bien el final de la serie no gustó a todo el público, el escritor buscaba cerrar su historia de la misma forma brutal y cruda que como lo comenzó. El término del anime muestra los reflejos de la realidad: donde en la guerra no hay ganadores y nadie sale ileso.

Más que un anime, Shingeki no Kyojin, es la viva imagen de la incertidumbre y la crudeza de la moral humana y eso, quizás, es la cuestión más aterradora de todas.

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