El trabajo de enseñar: profesores y su amplitud de roles Ciudad Portada SociedadPor Anaís y Kamila Rojas Marín - 21 abril, 2025 “Un lunes de trabajo más”, ese es el primer pensamiento que la mayoría de los chilenos tiene al momento de comenzar su jornada matutina, cumpliendo con sus quehaceres y rindiendo al máximo para poder mantenerse. En uno de esos días, la profesora Elena Cano Ramírez, fue agredida por un estudiante. El 17 de marzo de 2025 quedó hospitalizada por un golpe de escoba en su cráneo, la docente hoy sigue internada y en estado grave. El ataque fue realizado por un alumno TEA de 14 años, en el contexto de un episodio de desregularización. Sin duda, la noticia fue mediática, por un par de semanas estuvo en la boca de todos, generando así opiniones divididas respecto a la respuesta de los padres, quienes señalaron: “La profesora tuvo un mal manejo de la situación”. La indignación fue inmediata, cuestionando al gobierno y al sistema educacional, en redes sociales se preguntaba, cuál era realmente el rol de un profesor. ¿Existe alguna sobre exigencia al esperar que ellos sepan contener a un niño autista frente a una crisis? ¿Va más allá de su rol como docente?, ¿está en equilibrio con las necesidades que cubre el pedagogo? Nuevas reformas y Programa de Integración Escolar Frente a esta situación, María Luisa Budge, presidenta del colegio de profesores, expresó su descontento: “El Programa de Integración Escolar y la Ley TEA tendrían que volver a revisarse, a la luz de los datos y del enorme incremento de este diagnóstico. Ciertamente, hay que analizar y hacer un seguimiento con muchas hipótesis, considerar los mecanismos del mismo y su exhaustividad, tipos de tratamiento o temporalidad de estos”, recalcó para TheClinic. La crítica central sobre estas nuevas políticas educacionales es que no todos los colegios poseen los recursos necesarios para la integración y la satisfacción de quienes padecen del trastorno. Esto principalmente por las desregulaciones que sufren en la cotidianidad, las cuales pueden llegar a la violencia, poniendo en riesgo a su entorno. Ley TEA Francisca Pino, psicóloga educacional de la Escuela Manzanar de Lleupeco, ubicada en la región de la Araucanía, explica con más detalle en qué consiste este fenómeno: “Las desregularizaciones suceden cuando los niños TEA sufren dificultades en su percepción sensorial. Al estar experimentando muchos ruidos, texturas y estímulos en general, se sienten incómodos. Al no saber cómo gestionar ni comunicar esta situación, suelen manifestarse a través del llanto o, en el peor de los casos, con violencia”. En Chile existe la Ley 21.545, conocida como Ley de Autismo, la cual fue promulgada en 2023. Esta busca concientizar a la sociedad sobre el TEA. Según la Ley TEA, en las aulas pueden haber hasta 7 alumnos TEA – Créditos: NorTEA. Donde se especifica que los establecimientos educacionales deben tener espacios inclusivos, sin violencia ni discriminación. Pero ¿qué sucede cuando por consecuencia de una desregulación alguien sale afectado? Frente al caso de Elena Cano, además del cuestionamiento sobre las nuevas reformas educacionales respecto a estudiantes con autismo, sale a relucir la multiplicidad de tareas que se le exigen al pedagogo. Por lo general, el profesor está en constante perfeccionamiento, ya sea a través de capacitaciones o de manera autodidacta. Sin embargo, hay quienes difieren en este aspecto, algunos se preguntan, “¿por qué debería saber contener a un niño TEA si estudié para enseñar?”. No obstante, por convenciones sociales, que el docente tenga que asumir roles parentales con sus alumnos es algo que ya se da por hecho. Muchas veces esto implica tomar un papel de crianza frente a la negligencia de algunos padres, preocupándose de si los niños están recibiendo los cuidados básicos en sus casas. El rol multifuncional Marissa Yáñez, directora del colegio A-Lafken de Penco, comenta sobre el quehacer de los docentes: “La tarea del profesor siempre ha sido multiprofesional o multidisciplinaria, donde no solamente su rol es lo que ocurre dentro del aula, en estas últimas décadas hemos estado viviendo con más dificultades respecto a muchas situaciones de vulneración de derechos, entonces eso hace que las responsabilidades de los profesores no solo se limiten a la institución”. El colegio de profesores revelo que el 86,8 % de los docentes han sido víctimas de insultos en las aulas – Créditos: La Tercera. Es imposible negar que esto implica un significativo desgaste, y la necesidad de desarrollar altos niveles de inteligencia emocional con el tiempo, algo que en una profesión corriente no suele exigirse. Elisa Barros, profesora de educación básica, ha tenido que adaptarse a esta vida laboral en su primer año ejerciendo: “Muchas veces nos toca cuidar más que educar. Me parece pésimo, ya que no estudiamos años para terminar ejerciendo dicha carga”, declara. Ella ha expresado que han ocurrido situaciones de violencia verbal con los niños, lo cual mayormente ocurre durante momentos de frustración. Como docente de un curso menor ha tenido que hacerse cargo de casos de alumnos que ya han sobrepasado sus límites personales. Cuidado del docente Es fundamental mencionar, el papel que desempeña el profesor en casos de negligencia y/o abuso infantil, lo que la mayoría de las veces implica adentrarse en un asunto legal. Normalmente, existe un equipo que vigila estas situaciones, denominado Convivencia Escolar, donde participa el inspector general y profesionales del área psicosocial. No obstante, a pesar de este organismo especializado, el profesor jefe del curso, por inercia, se ve involucrado en la situación estrechamente. Alejandro Lizama, mediador de Convivencia escolar del Colegio Espíritu Santo de Talcahuano, comenta que, en la mayoría de los casos, la docencia general termina asumiendo responsabilidades: “Se sobrecarga muchas veces a los profesores, se les suele entregar funciones mayores a las que establece el contrato laboral”. Alejandro también comenta que, pese a que existen capacitaciones para contención emocional, suele verse sobrecargado como mediador: “Según lo que establece la ley, debería haber un encargado cada 400 alumnos, el colegio tiene más de mil”. Además, cuenta que muchas veces la “contención” a los estudiantes, es un trabajo agotador, y no existe un respaldo emocional posterior para los pedagogos. ¿Y la salud emocional de los profesores? María Francisca Henríquez, directora del Liceo Polivalente Experimental, nos comenta: “Nosotros hacemos una primera contención frente a una situación determinada, pero no es un apoyo directo, ya que las psicólogas de acá están para los estudiantes principalmente”. Esto deja en claro que, al menos dentro de los establecimientos educacionales públicos, no se cuenta con un soporte para sus trabajadores en momentos de estrés. Por otro lado, los profesores de colegios privados tampoco están exentos de la problemática de salud mental y sobrecarga. El silencio de la vocación La oficina del Defensor del Profesor reveló que durante los años 2023/24 el 69 % de los docentes acudieron a sus servicios por ansiedad – Créditos: Convivencia Digital Elisa Barros, a pesar de ser una mujer joven, confiesa que ya se ha sentido sobrecargada mental en su ambiente laboral, y cuenta su forma de lidiar con este desgaste: «Estoy aprendiendo cómo hacerlo, en los momentos en los que me toca contener a los niños me desconecto de mis emociones para poder apoyarlos a ellos en su momento difícil. Muchas veces lloro en las tardes y eso me sirve para liberar tensión. También trato de recordarme que nada es personal, ya que suelen decir cosas hirientes, que son pequeños y se están formando. El colegio no brinda tanto apoyo, sí entre colegas, pero no en lo institucional”, enfatiza. La pedagogía es una carrera en la cual cada día se reconoce más todo el esfuerzo que se debe poner al momento de ejercerla. El colegio y la educación es una etapa vital, pasando al menos doce años de nuestra vida allí. Las instituciones deben hacerse cargo del estado mental y físico de sus profesores. Ya que al exigirle cumplir un rol multifuncional al momento de enseñar, se debe cubrir las exigencias mínimas de un buen y grato ambiente laboral en el cual estar. Te puede interesar: La inclusión de los estudiantes TEA.