No son solo carpetas OpiniónPor Renata Paredes - 13 junio, 2025 Por primera vez, el Estado de Chile entrega información oficial a quienes a más de 50 años de la desaparición de sus seres queridos, siguen buscando respuestas. Este lunes, el gobierno dio inicio a la entrega de carpetas de calificación a familiares de víctimas de la desaparición forzada durante la dictadura militar. Se trata de documentos recopilados por la Comisión Valech que contienen testimonios, antecedentes personales, informes periciales, entre otras informaciones hasta ahora reservadas. La medida, enmarcada en el Plan Nacional de Búsqueda, representa un paso concreto hacia el compromiso de verdad, justicia y reparación. No es un gesto menor ni tampoco una simple política pública. Es un acto profundamente simbólico que reconoce una deuda histórica del Estado chileno con la búsqueda de compatriotas desaparecidos y ejecutados políticos. Los familiares pueden solicitar acceso a esta carpeta llenando un formulario disponible en la página derechoshumanos.gob.cl (Imágen extraída de El Heraldo) Durante cinco décadas, familias enteras han vivido en la incertidumbre. Sin respuestas, sin cuerpos, sin duelo posible. Si bien estas carpetas no cerrarán las heridas ni enmendará décadas de impunidad, sí restituyen un mínimo de verdad y permiten que las familias recuperen parte de lo que les fue violentamente arrebatado. Se ha avanzado, pero este compromiso no puede depender de la voluntad de un presidente en particular. Buscar a los desaparecidos debe ser una política de Estado y una tarea que nos concierne a todos. En un año electoral, como el que actualmente atravesamos, hemos visto a sectores políticos incomodarse con decisiones como el cierre del penal Punta Peuco, como si enfrentar los crímenes del pasado fuera un gesto revanchista y no una obligación democrática. La defensa de los derechos humanos no debería ser propiedad de un sector ni de una generación. Debe ser la base de una democracia sana que construye hacia el futuro sanando cicatrices del pasado. Esta entrega de carpetas es por todas las carcajadas que no se oyeron, por todos los abrazos que no se dieron, por todos los sueños que no se cumplieron. Porque mientras haya una familia buscando, el país sigue en deuda. Revisa nuestra editorial de la semana pasada aquí.